viernes, 8 de marzo de 2019


     
POEMA DIA DE LA MUJER
     MARTA CAMPILLO

ERES COMO UNA BELLA MONARCA

QUE ZURCA LOS CIELOS DEL CONTINENTE
SIGUIENDO SUS SABERES
PARA LLEGAR A SU DESTINO

ERES UNA ALEACION DE FUERZA Y DE PASIÓN
QUE TE SOSTIENE ANTE LO ADVERSO
MATERIALIZANDO LO QUE TE INSPIRA
PATA SER

ESTAS PRESENTE VOZ Y ACCION
EN EL INSTANTE EN EL QUE LA INJUSTICIA
OPRIME Y EL DESAMPARO
DESMORALIZA

ERES LA ESPERANZA QUE ENCARNA
EN EL CREAR LA ILUSION PARA VIVIR
PARA QUE EL LENGUAJE COTIDIANO
SEA LA GENEROSIDAD

VUELAS ALTO PARA 
NO SUCUMBIR ANTE LO ABSURDO 
PARA CONSERVAR LO PRECIADO
QUE MANTIENE LO SAGRADO DE LA VIDA

miércoles, 6 de marzo de 2019

 


¡¡¡¡AMOR SIN LIMITES, MI MASCOTA!!!!
    Marta Campillo

     Las personas que cuidan, dar de cometer, educan y juegan con una mascota, descubren una relación en la cual el cariño fluye, el juego y la risa se hacen parte de un espacio de felicidad donde se da el amor sin límites, así es relación con su mascota.
     Una pequeña mascota, que llega a nuestra vida, no espera nada más que atención, cariño, y nos da todo lo que es capaz de dar con su presencia, y pareciera que somos el centro de su existencia y no se nos pide ningún requisito para ser queridos, solo darles alimento y atención. Cuando llegamos a la casa salta, ladra o maúlla o nos llama de alguna manera y se convierte en una parte de nuestra vida, nos acompaña, nos hace gracias, sin hablar nos habla y nos conoce, cuando estamos tristes se acerca y nos lame, cuando estamos alegres está dispuesto a corretear y jugar, se vuelve una compañía imprescindible.  
     EL cariño incondicional, alimenta nuestras necesidades como seres vivos, al experimentar la felicidad de la compañía del perrito, gatito o cotorrito o cualquier otra mascota, nos sentimos que nos pertenece, que no tenemos que cumplir  ningún requisito para que nos quieran; no tenemos que ser guapos o bellas, o no ve si estamos gordos o flacos, no tenemos que ser muy simpáticos y hablar de temas especiales, solo tenemos que estar abiertos a interactuar, a jugar, a acariciar, para darnos con creces todo el cariño que pueda darnos.
      Si le preguntamos a una persona que tenga a un perro de mascota: ¿Qué te motivó a tener un perro como mascota? Muchas dirían que les gustan los perros, y que escogieron a ese perro porque les gustó su tamaño, o sus características, o su pelo y forma, o que es grande, o fuerte, pero, sobre todo, la manera en que pueden interactuar con el perrito o la perita.
      Las personas se sienten acompañadas, protegidas, queridas de una manera especial, sienten que su mascota detecta sus sentimientos y sus estados físicos, que cuando están enfermas o tristes no se separan y están muy cercanos. Aprenden a disfrutar lo que la persona disfruta, ya sea algo de comer o alguna actividad. La cercanía con la mascota trae felicidad y es un deleite para los dos, dueño y mascota.
      Despliegan en un lenguaje no verbal su cariño y cercanía con la persona que los cuida y quiere. A su manera la mascota muestra los sentimientos por su amo o ama, lo espera a que llegue, no come bien si no lo/la ve, se alegra cuando por fin regresa la persona y pueden estar juntos, ladra cuando está solo como llamando a su amo.
      Así uno escoja a un pajarito, cotorrito o tortuguita, el cuidado, el interés en lo que aprende o hace, el disfrutar de la compañía y de su belleza, hacen de la relación con la mascota una relación única, de un amor especial de reciprocidad profunda que no se encuentra fácilmente con otras personas, aunque debería ser así de fácil pero no lo es como con las mascotas.
      Que pasa cuando el tiempo de vida se les acaba, o la enfermedad es de tal grado que hay que tomar decisiones difíciles de terminar su vida, su perdida nos produce un duelo, igual que cuando perdemos a una persona amada, su ausencia nos produce tristeza y soledad que puede llegar a depresión. En esos momentos hay que abordar esa pérdida haciendo honor a la memoria de es a mascota. Primero hay que reconocer todo lo que nos dio, los momentos dichosos que pasamos, eso que creaba en nuestra vida y eso que nos hacía felices.       
     Luego hay que recordar los momentos dolorosos de su partida para expresarle aquello que se nos quedó como culpa o algo de lo que nos tengamos que arrepentir y luego hay que pedirle ayuda para poder vivir siendo la persona que lo crio, que lo cuidó, la persona que interactuó con su mascota. De tal manera que tengamos acceso a todos esos recuerdos maravillosos de compañía y felicidad. Para poder identificar eso que aprendimos de criar, cuidar y jugar con un ser vivo que dependió de nosotros y que nos enseñó una parte de nuestra forma de ser, que no se hubiera hecho visible sin su presencia. Aprendimos una manera de ser, de dar de cuidar, de ser para el otro, y de disfrutar la vida de una manera especial.
     Tener una mascota es un privilegio y haber disfrutado de su compañía, sus caricias, maneras especiales de comunicarse y de jugar nos ha hacho las personas que ahora somos, así por siempre podremos disfrutar de haber tenido esa oportunidad y de haber recibido tanto cariño incondicional y tan especial. Por lo tanto ese cariño puede llenar nuestro recuerdo de esa mascota para agradecerle su presencia en nuestra vida.