domingo, 28 de julio de 2019




          
RECUPERANDO LA FUERZA DE VIVIR
    Marta Campillo

     Hay momentos en la vida que te confrontan con una serie de amarguras y problemas que parecieran ahogarte, no te dejan ver por donde es la salida. Muchas veces los problemas son de salud, otras veces son económicos, otras más son de relaciones personales o también problemas emocionales que nos agotan como la depresión o la ansiedad. Ante la avalancha, no queda de otra opción, que responder con creatividad y echando mano de aquello que disfrutamos hacer y en lo que tenemos conocimientos.
      Siempre hay una salida, lo que pasa es que la cercanía con lo vivido, muchas veces no nos permite tener la distancia emocional para buscar opciones. Así, lo primero es reconocer que estamos en medio del huracán. Es importante mirar e identificar todo aquello que contribuye a que nos enredemos más y nombrarlo y ver sus efectos;  y ésto nos ayuda a decidir lo que queremos hacer. Si queremos renunciar a la inmovilidad y la tristeza, que habilidades tenemos a la mano que nos permiten, decir ¡no más! y decidir, comenzar haciendo algo que nos ayude a recuperar la cordura y la calma interior.
       Muchas veces cuando se lucha con enemigos grandes, como las adicciones, o las enfermedades graves, hay que aceptar ayuda de otras personas para mejorar el estado general de salud, y de ahí, reconectarnos con lo que es fundamental en la vida, tal vez, el amor a la familia, tal vez, el querer salvarnos para estar mejor y no sufrir,  hay que conectarse con todo aquello que nos permita encontrar lo que nos motiva a vivir. Así, podríamos preguntarnos ¿Qué es aquello que valoro en mi vida y por lo que estoy dispuesto a luchar para vencer el problema? ¿Cómo aprendí que eso que valoro, es importante para mí? ¿Cuál es el efecto que reconocerlo tiene en mí, para ayudarme a enfrentar el problema? Por ejemplo, si tengo que controlar una adicción y reconozco que el amor a mis hijos es fundamental y me inspira a dejar la adicción, y me pregunto, ¿Cómo es que reconocer el amor por mis hijos me ayuda a mantenerte sobrio? Repensar lo que nos mantiene vivos y nos da la fuerza para resolver los problemas es una parte muy importante, al mismo tiempo que reconocemos ¿Cómo hace el problema para descarrilar la vida, que ideas nos pesan, qué expectativas, que cosas idealizadas de lo que pudiera ser y no es, esperamos o creemos y no nos permite cambiar? Hay que identificar los para cambiarlos.
      Muchas veces enfrentamos situaciones que nos cambian la vida, que nos limitan físicamente o emocionalmente, como en el caso de alguna amputación o lesión corporal o una enfermedad de un familiar. Esto nos cambia toda la manera de organizarnos y las posibilidades de actividad física y la manera como estamos acostumbrados a vivir. En esos casos, los ajustes emocionales y los cambios de perspectiva de vida son mayores, pues habrá que reconocer que la vida ahora es diferente, que ya no tiene las mismas posibilidades, que cambió y que hay muchas cosas que ya no se va a poder hacer o tener, de la misma manera que antes. Pueden surgir muchas emociones negativas ante el cambio, y el problema de la depresión puede contribuir a la no aceptación de la nueva realidad.
      En el trabajo emocional en casos de traumas físicos o emocionales mayores, habrá que encontrar como,  a pesar del problema o mas allá del mismo, siempre  damos respuestas o reacciones que nos ayudan a vivir; tal vez, sea algo muy pequeño que hacemos y que no lo hemos visto como lo que nos permite seguir adelante, el chiste es no dejar que el trauma defina nuestra vida en la imposibilidad, siempre hay una  opción, algo diferente del que podemos echar mano o ideas que podemos decirnos, o otras habilidades que podemos aprender para sobrevivir. 
      De que no es fácil hacerlo, no lo es, pero de que afortunadamente existe esa luz interna de conectarnos intelectualmente y emocionalmente con lo divino en nosotros, con todo lo que somos y que hemos creado, con todo aquello que sí podemos hacer aunque de diferente manera, con las nuevas posibilidades y cosas que tenemos que hacer ahora ante los cambios, con todo esto, que es el valor que le damos a la vida, pues somos la vida misma, la vida está en nosotros, en cada inspiración, en cada paso, con cada idea y con todo lo que somos capaces de descubrir en nosotros para cambiar.
      La flexibilidad y la esperanza tendrán que abrir el camino que permita  renovar la vida. Nunca estamos iguales y el trascender grandes traumas y problema, nos invita  a renacer utilizando todo lo aprendido de haber vivido y de ser lo que hasta ahora hemos sido.

domingo, 21 de julio de 2019





         ABRIR EL CORAZÓN
         MARTA CAMPILLO

CON UNA SONRISA
PUEDO MIRAR AL FUTURO
SIN QUEJAS
NI LAMENTOS

HE APRENDIDO CAMINADO 
A ENFRENTAR LO DIFÍCIL
A NO DEJARME VENCER
Y SEGUIR AVANZANDO

LA SABIDURÍA PARA SER
SE DESCUBRE EN EL ACTO
EN QUE SE DECIFRA 
LO VIVIDO

CONOCER LO QUE PUEDO Y LO QUE SOY ANTE LO ADVERSO 
ES REVELAR EN MI
ESO QUE VALORO DE EXISTIR

EL INSTANTE ES LO ÚNICO 
QUE OFRECE LA OPORTUNIDAD
DE DEFINIR EL VIVIR
COMO HACER

AMAR LA VIDA ES LOGRAR
QUE  SE ABRA EL CORAZÓN 
A DAR Y RECIBIR
DEL CONTACTO LO DIVINO
 

jueves, 11 de julio de 2019




   
Coexistencias y Casualidades
Marta Campillo

Inesperadamente encuentras que
Caminando por el mundo alguien te da la mano
Alguien te ofrece una sonrisa solo porque si
Alguien con su mirada dice, lo mucho que significas en su vida
En el andar hay encuentros transparentes como el agua
Ahí, alguien recibe tu gesto espontáneo de cariño
Y se acuña una unión
Que prolifera raíces fuertes en el alma
Hay momentos de coincidencias que abren el corazón
En los que se intercambia más allá de las palabras
Lo que el espíritu exhala
Y nos permite animar la vida al dar amor
La cercanía que enana es el instante en que
La intimidad es reflejada en la pupila que recibe
Aquello que solo en la bondad puede crearse
Y que se da en un lazo único la amistad
La riqueza creativa de la vida
Se nutre en la tierra de los afectos
Sembrada de coexistencias y de casualidades
Que hacen brotar la armonía de coexistir
En cada paso acompañado en la alegría
Con cada coincidencia disfrutada y cada risa vuelta carcajada
Estamos iluminando el camino para disfrutar
Los lazos profundos de solidaridad únicos en la amistad

martes, 9 de julio de 2019



   LA SABIDURÍA DE VIVIR
Marta Campillo

     Cuando enfrentamos un problema, una mala noticia, una crisis, cada uno de nosotros tiene su manera de calmarse, de ir más allá de las emociones para poner en práctica lo que le ayuda y hacer todas las cosas que le permiten calmarse, tranquilizarse, para lograr enfocar nuestra energía en buscar la manera en que se puede responder a la emergencia y poder resolver o mejorar a manera de enfrentar el problema.
     Muchas veces ese conocimiento no está tan a la mano de lo que conocemos de nosotros mismos y el miedo, el enojo o la ansiedad pueden apoderarse de nosotros y hacernos sufrir. Hay problemas difíciles o complicados de vivir y eso parecería no darnos otra opción más que el sufrimiento. Aun así, tenemos que escoger la mejor manera de responder, para poder apoyar, ya sea a otra persona, o a nosotros mismos.
      Si alguien nos preguntara ¿Qué haces cuando te sientes mal, ya sea triste o con nervios, o enojado, que les contestarías? A la mejor nunca antes habías reflexionado en lo que haces, y si lo piensas te das cuenta de que o te acuestas y duermes un rato, o escuchas música, o te sales a caminar o hacer ejercicio, o lloras un rato y vives la tristeza y la transformas en lágrimas dejándola ir. Una persona me ha comentado que cuando la energía de la enfermedad casi lo vence, el amor de su hijo le da la motivación para levantarse y jugar con él.
      Una de las maneras útiles para poder observar lo que nos ha sido útil para calmarnos es el ver de lejos al problema y recordar lo que hicimos que nos permitió estar mejor, y así poder entender ¿Cómo es que este problema me afecta? ¿Cómo lo hago mío? ¿Qué me dice que me convence de que no puedo hacer nada diferente? Muchas veces algunas creencias no ayudan a que podamos cambiar, ser flexibles y permitirnos intentar hacer otras cosas que no son lo que usualmente hacemos. Y nos podemos preguntar ¿Si no creyera en lo que creo, que cambiaría en la manera como respondería al problema?  También ayuda el ver de lejos, como si el problema estuviera fuera de nosotros, el preguntarnos que cosas diferentes puedo aprender o intentar hacer que antes no se me hubiera ocurrido hacer y que me permitiría evitar estar pensando únicamente en el problema.
      Nuestra historia es una rica historia de saberes y de conocimientos que tenemos a nuestra disposición para poder cambiar, ver de una manera diferente, manejar las emociones y decidir, con todo eso que somos y que tal vez no hayamos reconocido claramente hasta ahora que se ha hecho necesario, el camino de cómo queremos ser, y escoger nuestra nueva manera preferida de actuar y de pensar.
      La vida es experiencia continua y transformación, aunque muchas veces, los cambios son tan lentos que casi no nos damos cuenta, pero muchas veces son sorpresivos y difíciles, e involucran pérdidas, por lo que nos descontrolan o angustian. Es, en esos momentos en los cuales se necesitan identificar todas las habilidades, para reconocer lo que sentimos y nos angustia y lograr realizar lo que conocemos para calmarnos; se hacen necesarias e indispensables poner en práctica las habilidades que nos llevan a enfrentar las situaciones graves que de otra manera no nos dejarían vivir. Saber manejar lo emocionalmente traumatizante, lo que no quisiéramos estar viviendo, muchas veces pareciera imposible y, sin embargo, podemos apoyarnos en la espiritualidad, en el amor de las personas cercanas, en el amor a la vida, en la oportunidad de dar a los demás apoyo y cariño, en momentos tan complejos.
      Comúnmente no decimos que tenemos sabiduría de vivir, pero si lo pensamos detenidamente ¿Cuántas veces hemos enfrentado una enfermedad o una caída?,¿Cuántas veces hemos enfrentado la pérdida de un familiar?, ¿Cuántas veces hemos perdido a una mascota? ¿Cuántas veces hemos vencido el reto de aprender algo difícil?, ¿Cuántas veces hemos ido más allá del enojo profundo para perdonar?, ¿Cuántas veces hemos perdido algo muy querido o valorado? ¿Cuántas veces hemos tenido que volver a empezar una nueva vida, después de grandes cambios en la vida personal? La vida nos llena de riqueza con todas las experiencias que nos retan a sobrevivir dificultades, así, solo se necesita, que en el momento preciso en que se requieren habilidades para solucionar, hagamos inventario de nuestra riqueza de vida.