lunes, 30 de diciembre de 2019


RENACER
   Marta campillo

REUNIRSE CON AMIGOS

NOS INVITA A EVOCAR
LOS MOMENTOS COMPARTIDOS
QUE DEFINEN LA AMISTAD

CELEBRAR EL CREAR 
TRABAJO Y PROYECTOS COMPARTIDOS
REFUERZAN EL EMPEÑO
DE GENERAR LA UNIÓN

LOGRAR SER MEJORES
EN NUESTRO QUEHACER
ES APRENDER ACEPTAR
QUE HAY QUE CAMBIAR
PARA LOGRAR RENACER

HAY QUE APRENDER 
DE LO QUE SOMOS 
Y AL ABRIR NUEVOS HORIZONTES DE ESPERANZA,
MOSTRAR TODO LO QUE PODEMOS SER

SER EN EL HOY
CON EL FUTURO PRESENTE
QUE GUÍE NUESTRO ACCIONAR
HACIA LO QUE QUEREMOS LOGRAR

ASÍ SIEMPRE BRILLARÁ
EL PROPÓSITO DE PERSONIFICAR
EN EL GRUPO, 
LO MEJOR QUE CADA QUIEN PUEDE APORTAR

martes, 3 de diciembre de 2019





EL DOLOR EMOCIONAL
Marta Campillo

  A lo largo de la vida, hay dificultades con las relaciones importantes que nos producen un gran dolor emocional.  Uno de esos problemas que genera trauma, es el desamor de las figuras paternas en la infancia.
    Cuando estamos pequeños, las relaciones fundamentales, nos están enseñando a vivir, con su cuidado, protección y apoyo, aprendemos a relacionarnos, a manejar y resolver los problemas concretos y las emociones que nos producen; a tener seguridad, a afrontar situaciones problemáticas, y a ir descubriendo lo que es valioso e importante para nosotros y nuestra vida.
     Vamos aprendiendo a ser, al convivir con otros, al interactuar, al vernos a través de los ojos de las personas que nos quieren y nos cuidan. Así, en ese relacionarnos se hace como un nicho, en el que nos desarrollamos, crecemos, aprendemos de lo que somos y desarrollamos habilidades de vida. Cabe ahora preguntarnos, ¿Qué pasa con ese ser humano en proceso de formación, si, ese ambiente relacional es negativo, violento, con manipulaciones emocionales o negligencia o abuso? ¿Tendrá repercusiones emocionales el haber sido criado así? Claro que sí, pero no es lo único que aprendemos.
     Lo maravilloso de la experiencia es que es múltiple,  no existe una sola historia, no se vive únicamente la historia de trauma, al mismo tiempo, se sobrevive, la persona se defiende, encuentra maneras de ir más allá de esas relaciones dañinas y a defenderse y rescatarse a sí mismo, aunque en ese momento no se tenga conciencia clara de las otras historias que se desarrollan, o de los conocimientos de cómo sobrevivir, de cómo dar cariño y protección a otras perdonas. Así cuando crecemos recordamos mucho de lo que nos hirió y se comienza a ir visible nuestra manera de sobrevivir y aquellas cosas a las que aprendimos a darles valor, ahora se vuelven la fuerza para cambiar y definir nuestra vida de acuerdo a lo preciado, a no que valoramos.
      La intensidad del dolor emocional está en relación a que tanto el problema daña o va en contra de lo que valoramos. Y puede generarse dolor de muchas situaciones, pérdidas, traiciones, al desamor de personas importantes, o al fracaso de expectativas personales o la enfermedad.
     En cada caso lo que enfrentamos, al mismo tiempo que genera dolor, produce muchas respuestas basadas en nuestros conocimientos de vida, a esa sabiduría de sobrevivencia que muchas veces no sabemos que lo tenemos pero que nos ayuda a ir mas allá del problema para encontrar soluciones.


      La vida nos da experiencias que nos ayudan a vivir, a decidir cómo queremos ser y hacer nuestra vida y la manera cómo cambiar lo que nos afecta para lograr vivir como queremos vivir. La fuerza para ser está contenida en nuestra historia, en nuestros aprendizajes, en las relaciones que creamos y que conservamos y en aquello que vamos descubriendo no únicamente al lograr cosas sino también al equivocarnos. Ese cúmulo de experiencias, incluso las negativas, nos van dejando un saldo de sabiduría, de definición de lo que lo que deseamos y lo que valoramos y nos comprometemos a defender como lo nuestro. Esto es la formación de nuestra identidad, en el nicho de las interacciones y de las experiencias, de los problemas y los retos de resolver y entender, no solo a nosotros mismos sino a los demás y a los que nos permite crear proyectos, descubrir lo que podemos realizar, que incluso es dejar ir el dolor o perdonar lo injusto. En ese cúmulo de experiencias vitales están los secretos de ser la persona que deseamos ser.


domingo, 24 de noviembre de 2019




LLEVARLO EN EL CORAZÓN
marta campillo

HE APRENDIDO EN EL CAMINO DE LA VIDA
EL SIGNIFICADO DE LOGRAR CAMBIAR
 PARA ESFORZARME EN SER MEJOR

HE APRENDIDO A PERDONAR 
Y DE TRASCENDER LO PASADO 
PARA ENCONTRAR UNA MANERA DE VIVIR EN PAZ

HE APRENDIDO A APROVECHAR 
LA OPORTUNIDAD DE CUIDAR, 
PROTEGER, PARA ABRIR EL CORAZÓN A LA BONDAD

HE APRENDIDO DE TU ESFUERZO 
POR APRENDER A CAMBIAR
QUE  ES INDISPENSABLE LA  VOLUNTAD 
Y EL PROPÓSITO DE TRASCENDER PARA VIVIR MEJOR

HE APRENDIDO 
QUE LA PACIENCIA Y LA ACEPTACIÓN 
PERMITEN IR MÁS ALLÁ DEL ENOJO Y LA DESTRUCCIÓN

HE APRENDIDO A UTILIZAR EL AMOR
QUE ENGENDRA EL REFLEJAR LO QUE CREO Y LO QUE SOY
Y ASÍ POR TODO LO VIVIDO
TE LLEVARE SIEMPRE EN MI CORAZÓN, PAPÁ


viernes, 25 de octubre de 2019




    Dame tu mamo
      Marta Campillo

Dame tu mamo
Cuando el dolor te alcance
Y la respiración se agite

Déjame enjugar tus lágrimas
Si la tristeza te invade
Y la desesperanza llega

Déjame compartir tu risa
Para multiplicar la alegría
De vivir y estar aquí

Déjame estar junto a ti
Para disfrutar de la oportunidad única
De un momento así

Dame lo que de ti
Solo tu puedes brindar en la vida
Toma lo que yo soy
Para ser de ti

lunes, 7 de octubre de 2019



 

                            ENCONTRANDO MI VOZ
                                   Marta Campillo
           Dedicado a los asistentes del taller “Aprendiendo, Disfrutando Lo Que Soy 
                                   Y Creciendo Con Mi Árbol De La Vida”
Recuperando mi historia
Paso a paso me encontré
Un espejo de mi vida
Y mi voz liberé
Ahora somos nosotros
Los que al problema enseñamos
Que la vida se resuelve
Cuando al miedo desechamos
Dándole alas al dolor
Valorando mi experiencia
Aprendiendo de mi mismo
A disfrutar el amor al estar viviendo
Descubriendo lo que soy
Lo que puedo hacer yo mismo
Ha crecido la confianza
De contar conmigo mismo
Se ahora lo que creo
Lo que valoro en la vida
Lo soy capaz de hacer
Para cuidarme a mi mismo
Ahora es mi voz el canto
Que me anima a la esperanza
De ser lo que más anhelo y
De luchar por aquello en lo que creo

jueves, 3 de octubre de 2019



NO ENVEJEZCO JAMÁS
         POETIZA ARGENTINA

YO NO HE TENIDO TIEMPO
 DE VER PASAR LOS AÑOS
Y DECIR ENVEJEZCO

NO HE SENTIDO LA ANGUSTIA
DE MIRAR LOS CAMINOS DE MI ESPACIO FACIAL
DONDE ESTÁN MIS PALABRAS CON SUS HUELLAS DORMIDAS
DONDE ESTÁN MIS RECUERDO DE PENAS Y ALEGRÍAS
CAMINOS O VEREDAS DE AYER, HOY Y JAMÁS

YO NO HE TENIDO TIEMPO DE MIRAR MIS CABELLOS
Y SABER SI LA LUNA PRENDIÓ SU CLARIDAD
O DE MIRAR MIS OJOS PARA BUSCAR EL BRILLO
DE AQUELLAS LUCES TIBIAS QUE ME HACEN SUSPIRAR

YO NO TENIDO TIEMPO PARA VER SI MI BOCA
ES EL ALJIBE OBSCURO DE MÁS ROJO BROCAL
O SABER SI MIS MANOS, QUE EN EL AMOR CARICIA
SON LA FUENTE ESCONDIDA DE ARDIENTE MANANTIAL

YO NO HE TENIDO TIEMPO PARA VER SI MI CUERPO
IMAGEN INMUTABLE DE UN MISTERIO ANCESTRAL
CALOR, NIDO, ARRULLO, VOLCÁN, NEBLINA, BRILLA
SON EL DON APACIBLE QUE NO CANSA JAMÁS

Y NO HE TENIDO TIEMPO PORQUE MI VIDA INTENSA
COMO EL DON DE MI MISMA EN PLENITUD TOTAL
ME SEMBRÓ DE CARICIAS Y DE MIMOS Y BESOS
QUE ME MANTIENEN JOVEN DESDE EL GRITO INICIAL

AQUÍ ESTOY COMO EL VIENTO
QUE RECORRE GLORIOSO EL ESPACIO INFINITO
CON SU AZUL CLARIDAD
MIS DESEOS MIS SUEÑOS MI VOZ MIS PENSAMIENTOS
ACOMPAÑAN MI CUERPO DEL PRINCIPIO AL FINAL

SOBRE ELLOS SON LOS QUE RÍE LA FELIZ ARMONÍA
QUE ME MANTIENE JOVEN
NO ENVEJEZCO JAMÁS





lunes, 23 de septiembre de 2019



NO DEJARSE DERROTAR

   Marta Campillo

     Cuando éramos pequeños y comenzamos a aprender ciertas habilidades que requirieron ser realizadas miles de veces para poder dominarlas, como caminar, masticar, comer con cubiertos, ni se diga hablar, que tomo muchos ensayos para poder controlar el nivel de eficiencia con la que se realizaba la habilidad, así cabe preguntarse ¿Cómo fue que aprendimos a no dejarnos vencer por la frustración, por la desesperanza de no poder a la primera? Desde ahí, aprendimos a perseverar, a caernos y levantarnos y seguir intentando, sin llegar a conclusiones negativas de lo que somos y sin que el caernos y no lograrlo significara fracaso.
    Si pensamos en cualquiera de las habilidades complejas, nadar, cantar, escribir poemas, manejar etc. Tendríamos que reconocer que nos llevó mucho tiempo tener maestría en esa habilidad. Toda esta adquisición de habilidades complejas, hizo necesario aprender habilidades emocionales como resistencia a la frustración, paciencia, perseverancia para poder llevar a cabo eso que queríamos aprender, para lo cual tuvimos que hacer lo mismo muchas veces, tomando a cada repetición como práctica que nos hacia ir logrando poco a poco aquello que deseábamos aprender.
      Muchas veces aún con la práctica no logramos tener suficiente habilidad para convertirnos en buenos o muy buenos ejecutantes de aquella habilidad. Recuerdo que desde la infancia, cuando en mis papás nos llevaron a clases de diferentes cosas, no todos pudimos aprender esos deportes o manualidades o instrumentos y sin embargo en esa búsqueda fuimos encontrando las cosas que nos gustaban y que se nos hacían más fáciles y ahí perseveramos más y le seguimos con más cursos de niveles más avanzados, el énfasis siempre fue en encontrar  lo preferido, aquello que nos hacía feliz pasarnos horas haciendo aunque a los demás les pareciera aburrido o poco interesante, sin llegar a la conclusión negativa de que había muchas otras cosas que abandonábamos por falta de habilidad. No todos tenemos las mismas capacidades, ni podemos lograr las mismas habilidades con alto grado de eficiencia.
      La habilidad emocional de no dejarnos caer por la derrota, por lo que no nos sale bien, por los problemas, es algo que se pone a prueba muchas veces en la vida puesto que ya sea en al trabajo, en las relaciones con los demás, en los accidentes o cambios imprevistos en la vida o en lo económico, o en la enfermedad, siempre tendremos que enfrentar muchas situaciones negativas que nos demandan calma. Cada quien tiene su método de calmarse, de controlar sus pensamientos para que no los consuma la angustia y negatividad, cada quien, si se detiene y lo piensa, sabe que cosas le han ayudado en el pasado y lo que la persona conoce de sí misma para poder manejar y enfrentar lo que ahora se presenta.
     El miedo, la angustia y la depresión son repuestas emocionales que nos surgen de inmediato ante el impacto emocional negativo de la situación, pero no son buenas compañeras para poder resolver o ver con claridad lo que necesitamos hacer, tanto emocionalmente como físicamente, para estar en un mejor estado corporal y emocional, que nos permita ver con claridad, que opciones tenemos. Algunas veces cuesta trabajo aceptar la pérdida la situación que produce cambios irreparables y aún así, hay la posibilidad de ir a lo que nos motiva y lo que valoramos en la vida para poder visualizar y recargarnos en eso que consideramos valioso y que es nuestra razón de vivir. Desde ahí, recuperando lo que es importante para uno mismo, y lo que queremos que sea nuestra motivación de vida hay que buscar manera de no escuchar al miedo o a la sinrazón de los pensamientos negativos, par air recuperando lo que sabemos de nosotros, esos saberes que están en nuestra experiencia de vida, eso que está ahí contenido en lo que somos y en nuestra historia, eso que apreciamos de ser quienes somos. Recargados en esa seguridad interna podremos ir descubriendo hacia donde podemos seguir la vida y lograr la calidad emocional y física que necesitamos, aún dentro de las limitaciones que nos pueda imponer la enfermedad o la tragedia.
      Dentro de toda esa experiencia de vida del pasado también está a visión de las personas amadas que se han ido, pero cuyo amor y reconocimiento de lo que para ellas o ellos nosotros somos y de lo que tenemos capacidad de hacer y de lograr, está con nosotros y nos puede servir como una base de amor y de apoyo, a lo que somos y a las muchas posibilidades que ellos o ellas veían en nosotros y que al revivir ese cariño nos hace recordar y revivir, todo aquello que es lo mejor de lo que somos y que tenemos y sentirnos queridos y apreciados por un cariño eterno y por su apoyo para superar las crisis.


domingo, 18 de agosto de 2019




   
CONCIENCIA MALA, QUÍTAME ESTE VIDEO CASETE
     Marta Campillo

    Muchas veces creemos que todo lo pensamos, es exactamente la realidad, pero no es así como funciona la conciencia. Percibimos a través de los sentidos, creando ideas complejas, que se basan en los estímulos, más los recuerdos, más las imágenes, más las sensaciones corporales, todo interpretado por la experiencia previa y organizado en relatos. Con esa percepción vuelta relato de lo vivido, a través del tiempo, aprendemos a llegar a conclusiones que responden a preguntas como: ¿Qué es esto que percibo o que he vivido? ¿Esto que siento me gusta? ¿Cómo la experiencia actual se contrasta con otras previas conocidas? ¿Cómo quiero reaccionar o responder en este momento?
     Muchas vivimos como en un arroyo en el que fluye la experiencia y la conciencia, de tal modo que, lo inmediato ante las situaciones es responder y casi siempre ocurre después de que ya nos afectó algo negativamente, que tenemos que parar, tomar distancia de lo vivido y pensar en lo ocurrido, y decidir si la manera como reaccionamos es como queremos hacerlo o no.
     El vivir las cosas que nos desagradan y de una manera que pasa, casi de forma automática, hace necesario que aprendamos a observarnos a nosotros mismos, para reconocer nuestra manera de vivir. Por ejemplo. Si de manera rápida pienso ideas negativas de mí misma/o como: " no voy a poder", "me da miedo decir lo que siento", "no soy capaz", etc. Al hacer un alto y analizarlo, ¿Cuáles son las consecuencias o efectos que tiene para mi vida pensar así? Preguntarnos ¿Cómo fue que aprendí a llegar a esa conclusión? ¿Quiero seguir creyendo en esa idea?
      Cuando separamos a las ideas o las sensaciones como si no fueran nuestras y observamos la manera en cómo actúan sobre nuestro cuerpo o nuestra manera de pensar, podemos crear un espacio que nos permita observar, reflexionar, hacernos preguntas y llegar a conclusiones acerca de la forma en que esas ideas nos controlan y decidir si queremos conservarlas o debemos cuestionarnos como podemos hacer un plan para cambiar y descubrir otra manera de ser.
      Los relatos y las ideas que tenemos como conclusiones a las que hemos llegado, no son inamovibles, fijas, permanentes, son una parte de las conclusiones y posiciones que hemos desarrollado en el transcurso de tener diferentes experiencias. Así podemos cambiar una conclusión o dejar una idea que no nos ayude a resolver o enfrentar un problema. Por ejemplo, una persona puede pensar “yo puedo controlar la cantidad de alcohol que tomo”, sin embargo, la experiencia con el tomar le ha demostrado que eso, al menos para el/ella no es posible. Cuando la persona se da cuenta que un planteamiento o percepción de la vida, es erróneo, puede cuestionar que pasaría con el control sobre la adicción, si lo abandona o lo cambia.
       Las sensaciones corporales, muchas veces son muy fuertes y difíciles de soportar, por ejemplo, en la ansiedad en la cual pareciera que haga o que uno haga o se clama, pareciera que el cuerpo toma un control negativo de la persona. Sin embargo, todos tenemos nuestras maneras o saberes que nos permiten cambiar una situación que pareciera fuera de control. Para algunas personas hacer algún deporte, a otras les gusta entretenerse o hacer algo divertido, para algunas otras el buen humor o el reírse les permite cambiar el estado fisiológico de angustia. Para muchas personas el entender de donde se generan esas sensaciones de ansiedad o miedo, es el camino para lograr ir más allá de la experiencia negativa que se vive.
      Nosotros convivimos con un cúmulo de estímulos y de experiencias, con las que vamos generando relatos y maneras de entender como nos gusta vivir y ser. Así, los pensamientos o conclusiones a las que llegamos, son las que utilizamos como guías que modelan nuestras acciones y también vamos aprendiendo a otorgar valor a ciertas relaciones, ideas o preferencias acerca de vivir. Hay muchas ideas que se nos ocurren al enfrentar algo nuevo o difícil, o que puede promover cambios en nuestras emociones y es ahí, donde la habilidad de no ser crédulo o dócil ante el problema, nos es útil. Al parar el arroyo de conciencia, y hacernos preguntas, reflexionamos y generamos información con la cual podemos tener ideas acerca de cómo opera ese problema sobre nuestra vida y podemos decidir un mejor curso de acción para cambiar la vida.
       Recuerdo el día que escuche a una niña decir, “conciencia mala, quítame este video casete”, para ordenarse a su imaginación que le quitara las imágenes que le miedo le producía y entendí que aunque nosotros vivimos íntimamente y muy de cerca nuestros pensamientos y sensaciones, de tal manera que, muchas veces ni siquiera las notamos, en casos de que éstas no sean placenteras o  productivas, tenemos que reusarnos a creerlas y tomar la decisión de abandonarlas o cambiarlas.  


viernes, 9 de agosto de 2019


   
La Vida es Bellaa mi hija Isabella
Cecilia Maciel

      En la Terapia Narrativa hacer honor a las personas ausentes y reconectarse con lo importante de su amor y su presencia en nuestra vida se puede hacer a través de presentarle a esa persona, a alguien que consideremos tiene que conocerla y ya no tuvo la oportunidad, como una hija o un familiar, aquí está un ejemplo:
I
Podría contarte quien fue la abuela a través de estas palabras...Sostén, Refugio, Aceptación, Comunión. 
Cada una de estas palabras podría ser el título de una historia sobre ella, sobre mí y sobre mi infancia, sobre nuestra familia.
Pero -por ahora- atesoraré esas historias para narrártelas oralmente y en cambio escribiré una historia sobre ella y sobre vos. Ustedes dos también comparten una historia. 
II
Conocimos la fuerza de la que era capaz cuando supo que pronto se iba a morir. 
No había poder en el mundo que pudiera contrariar su fe en que volveríamos a vernos algún día. 
Agradeció todo lo vivido y humildemente pidió perdón. 
Se fue en paz y la profunda convicción de haber sido amada.
A su lado estaban el abuelo, tus tíos, tus primos, su hermana, sus amigos. También tu papá, tu hermano y vos, un milagro en mi vientre que -luego supe- traía la primavera en sus ojos. También estaba yo.
Y no tengo dudas Isabella, que lo que nos mantuvo calentitas durante aquel crudo invierno fue el abrigo que, desde que fui niña, ella tejió para las dos.  
III
Poco tiempo después llegaste al mundo, todos los que se acercaban a conocerte se enamoraban de tus ojos curiosos, intensos, primaverales.
Estoy convencida que lo que inició aquel equinoccio en tu mirada fue el fenómeno astronómico que generó la abuela Ana una vez que llegó al cielo. 
Durante un largo tiempo solo me fue posible ver la belleza del mundo a través de tus ojos. Solo en ellos podía distinguir las diferentes tonalidades de verdes en el bosque nuboso, en el océano pacífico, en la impactante sierra ecuatoriana. Solo en ellos era posible advertir la iridiscencia de las gotas de rocío en los pétalos de las coloridas rosas que nos rodeaban. 
Hasta que un día, de tanto mirarte, empecé a advertir que la vida y el mundo eran tan bellos como se veían en tu mirada.  
Se me ocurre algo para que puedas terminar de entender esta historia, puedo prestarte mis ojos para que puedas mirarte a través de ellos. ¿Te ves? Infinitamente amada...Así como yo te miro te miraría la abuela Ana. 




















jueves, 1 de agosto de 2019



UN CASO DE VIDA MULTIHISTORIADA: ENTRE EL APRENDIZAJE Y LA RESILIENCIA PARA VIVIR E IR MÁS ALLÁ DE LA ENFERMEDAD
Esteban Villegas V.
En el ultimo mes del año 1969, en una casucha de madera, se encontraba sobre el suelo, una joven mujer acompañada de su suegra y la comadrona del barrio, esperando el nacimiento de un niño. La madre y la abuela lo esperaban con profundo amor, mientras que la comadrona, una mujer adulta mayor de facciones tiernas y agradable, le decía a la joven madre el procedimiento que de alguna manera sabía, ya que era su tercer hijo.
Al presentarse el neonato desde ese momento la madre y la abuela se dieron cuenta que era un miembro de la familia diferente, sin embargo, ambas guardaron silencio, mientras pensaban ¿Qué diría el padre cuando este lo conociera?, para esto tendría que pasar algún tiempo ya que el padre por conductas reprobables a la sociedad, está pagando una condena por hurto y posesión de drogas.
La abuela paterna decide llevarlo con ella para salvaguardar su vida por un periodo de seis años. Finalmente llega el momento en que el padre conoce a su vástago, al verlo no pudo ocultar su sorpresa, era un niño de ojos color verde, cabellos rubios. No se parecía a nadie de la familia nuclear, sin embargo, la abuela paterna, refería que tenia parecido a su madre y a su abuelo materno, este último había llegado de España hacía muchos años a ese lugar, por tal motivo decidió llamarlo con el nombre del bisabuelo del niño.
La primera respuesta del padre fue de rechazo y humillación, actitudes que el niño no compendia en ese momento, tampoco comprendió por que el padre lo “regalo con otra familia” para que ayudara y se ganara la comida. La madre del pequeño, a escondidas procuro inscribirlo a la educación primaria. Sin embargo, no sabía que, en aquella familia, había un adolescente que estaba lastimando a su pequeño hijo. El adolescente por las noches llegaba hasta donde dormía el niño, al principio solo lo tocaba de manera sexualizada y amenazaba para que guardara el secreto de lo que le hacía, por último, este individuo cometió lo que tanto se temía, llegar a la penetración y dañar su integridad, autoestima, por lo que el niños empezó a mostrar las conductas propias de la agresión sexual, encopresis, enuresis, baja autoestima, miedos excesivos, desinterés en su aseo personal, entre otras.
Nadie le preguntaba que le pasaba, solo lo humillaban ante la conducta manifestada y esto contribuía cada vez más a sentirse solo y desamparado, solo se aferraba al recuerdo de su abuela paterna que durante el tiempo que estuvo bajo su protección, ella le cantaba, lo abrazaba y siendo una mujer iletrada, le mostraba revistas de la época y contaba historias sobre las imágenes.
Además, venían los recuerdos de momentos cómodos en el campo donde ellos vivían, él aprendió a escuchar el sonido del viento, respirar el aire puro y a comunicarse con las plantas y flores quienes eran su única compañía, a escuchar el sonido de la noche, el sonido de las aves y animales nocturnos y contemplar las estrellas del cielo, sin smog que las cubriera, miraba las estrellas fugaces, durante el día aprendió a identificar los colores de las aves, de las flores, el sabor de algunas frutas del rancho, amar y respetar la naturaleza, hasta el grado de pedir permiso para cortar una fruta del árbol.
Mientras que la familia nuclear luchaba por sobrevivir, la abuela paterna para proteger a la nieta mayor la mando con una de sus hijas para que la ayudará en el quehacer de la casa y con el mismo lema “para que se gane la comida” sin saber que su vida en ese lugar no era tan agradable como ella pretendía, la humillación y los malos tratos se presentaban en la niña de escasos once o doce años, hasta que finalmente cumplió quince y en su desesperación por lograr una mejor calidad de vida decidió escaparse con una persona mayor que ella, donde tampoco logro lo que pretendía.
Mientras que, aquel niño después de la agresión vivida, la madre logro llevarlo a casa, sin embargo, no debía de estar presente en el hogar, tenía que trabajar saliendo de la escuela y llegar por la noche, si el padre estaba embriagado o tenia a los amigos en la casa, no había otra más que esperar para poder dormir. Empezó hacerse adolescente y a presentar conductas incomodas en las que dejo de estudiar la secundaria para dedicarse a “Vengarse de los padres” de quien había percibido abandono físico y emocional.
Por mucho tiempo dejo de estudiar, pero el recuerdo de amor y bondad de la abuela paterna persistía cuando estaba solo, cuando los amigos se iban a casa, cuando se encontraba a su mejor aliada la soledad. Por amor al recuerdo, evito el alcohol y las drogas, pero algo dentro de él le decía que esa vida no le correspondía, merecía algo mejor, desde su percepción, merecía realmente ser feliz.
Posteriormente, decidió trabajar de manera formal y con responsabilidad, un día llego a sus manos en su área de trabajo un libro llamado “Un sitio en la cumbre” de Félix Cortes, al terminar de leer, vinieron a su mente muchas preguntas sobre las actitudes de las familias, las agresiones a niños… y no encontraba explicación, finalmente alguien le comento que tal vez la psicología le podría dar respuestas. Decidió continuar sus estudios siendo un adulto en ese momento.
Cabe mencionar, que durante su adolescencia tenía el hábito por la lectura, por lo que había leído varios libros de superación personal, sin que estos lograran lo que hizo el que se menciono anteriormente. Al ingresar a la universidad, siendo un adulto y dependiendo total mente de él, continuo trabajando para sustentar los estudios, así como fue en la preparatoria su rendimiento académico estaba arriba de la norma, al final logro la titulación por promedio, busco la manera de encontrar trabajo relacionado con la psicología, ahorro lo suficiente para estudiar una especialidad con el afán de buscar respuestas sobre las familias disfuncionales, hasta que se encontró con CAPAF (Centro de atención psicológica a la familia), en la ciudad de Xalapa, Ver.
Con muchos traumas de la infancia sin poder resolver hasta ese momento, conoció a diferentes maestras, que en cada clase era como una sesión de terapia, donde fue encontrando algunas respuestas a sus grandes preguntas. Durante el proceso de formación, debía tomar horas de terapia, era la primera vez que él tomaba una, solicito la cita y se encuentra con la Mtra. Marta Campillo, directora del plantel.
Ella, empieza el proceso correspondiente y él descubre la Terapia Narrativa, durante la externalización del problema identifica su ausente pero implícito y al recontar su historia, descubre su vida multihistoriada, sus eventos extraordinarios, además del “Árbol de la Vida” aplicado a su propia vida y descubre una manera diferente de ver la vida, se da cuenta de su felicidad y del amor, del aprendizaje que le había dado toda esa experiencia de vida, nunca había estado solo, tenía recuerdos gratos, agradables y de fortaleza.
Lo anterior, lo fortaleció de tal manera que continuo su proceso de formación, a su vida llegó el verdadero amor de su vida, un hijo maravilloso quien le dio más vida a sus logros, ahora tenía la oportunidad de cuidar a alguien como a él le hubiera gustado ser cuidado, con amor y responsabilidad, pues ahora ya había aprendido por medio de la Terapia Narrativa con su terapeuta y amiga Marta Campillo.
Cuando todo esto había ocurrido la vida misma le puso una prueba más, para fortalecerse o como actualmente se dice “Certificarse” para la vida, le diagnosticaron diabetes, a quien le dio poca importancia pues solo tenia que cuidar sus hábitos de alimentación, pero después de un tiempo eso no fue suficiente y años más tarde le dan un diagnóstico de cáncer pulmonar, empezó a tener por mucho tiempo tos recurrente, molestias en la garganta, problemas al respirar, dolor en la espalda, hasta no poder dormir por las  molestias o dormir sentado para poder tener un mejor manejo de la respiración, el impacto percibido del diagnostico fue de tristeza, miedo… sin embargo, había aprendido amar y a valorar lo que tenía, y lo más valioso en ese momento era el amor de su madre, de sus hermanas y de la “Bendición de su Dios” así es como percibía a su hijo, además del amor de su amiga Marta Campillo.
Desde la distancia, su amiga y mentora le daba mensajes de fortaleza, le escribía técnicas para que se auto aplicará y pudiera salir adelante, siempre al pendiente de su salud. Recibió 17 sesiones de quimioterapia, además de una multitud de estudios. La auto aplicación de técnicas consistía en Terapia Narrativas, por medio de las preguntas en los mensajes que ayudaban a continuar su autodescubrimiento y de Terapia Ericksoniana en el manejo de autohipnosis para soportar el tratamiento sobre todo el de la quimioterapia, con esta última terapia se logro fortalecer desde dentro el estado emocional y al mismo tiempo como resultado evitar que el cabello se cayera.
Por otro lado, la Mtra. Marta Campillo, iba involucrando a su amigo motivándolo hacer cosas que estaban dentro de las habilidades que ella misma había descubierto, lo invito a que juntos escribieran un artículo para la revista electrónica de la Universidad Veracruzana, sede Xalapa, Ver., así como participar con un articulo en un libro chileno con el Mtro. Felipe García. (Historias de Cambio: El enfoque sistémico en acción).
Finalmente, los aspectos más difíciles que ha enfrentado en la enfermedad, han sido los miedos, sobre todo que, si muere pronto, se pregunta ¿Qué va ser de su hijo? Ya que es padre soltero, ¿Quién lo cuidará? Pero ha aprendido que, a diferencia de su pasado, él ha trabajado para dejarle donde vivir y además ha procurado que por un tiempo tenga para sobrevivir, ya que su niño le diagnosticaron discapacidad intelectual, lo cual es otra prueba más que ha asumido con amor, cariño y respeto hacia el amor de su vida.
Toda esta historia ha sido de aprendizajes, en el que su protagonista ha descubierto la resiliencia, el amor de quienes lo rodean, reencontrarse con los recuerdos de la madre y abuela amorosa de quien aprendió y de su gran amiga quien hasta la fecha sigue preguntando sobre su salud, aunque ella de alguna manera sabe que está y estará bien.


   

domingo, 28 de julio de 2019




          
RECUPERANDO LA FUERZA DE VIVIR
    Marta Campillo

     Hay momentos en la vida que te confrontan con una serie de amarguras y problemas que parecieran ahogarte, no te dejan ver por donde es la salida. Muchas veces los problemas son de salud, otras veces son económicos, otras más son de relaciones personales o también problemas emocionales que nos agotan como la depresión o la ansiedad. Ante la avalancha, no queda de otra opción, que responder con creatividad y echando mano de aquello que disfrutamos hacer y en lo que tenemos conocimientos.
      Siempre hay una salida, lo que pasa es que la cercanía con lo vivido, muchas veces no nos permite tener la distancia emocional para buscar opciones. Así, lo primero es reconocer que estamos en medio del huracán. Es importante mirar e identificar todo aquello que contribuye a que nos enredemos más y nombrarlo y ver sus efectos;  y ésto nos ayuda a decidir lo que queremos hacer. Si queremos renunciar a la inmovilidad y la tristeza, que habilidades tenemos a la mano que nos permiten, decir ¡no más! y decidir, comenzar haciendo algo que nos ayude a recuperar la cordura y la calma interior.
       Muchas veces cuando se lucha con enemigos grandes, como las adicciones, o las enfermedades graves, hay que aceptar ayuda de otras personas para mejorar el estado general de salud, y de ahí, reconectarnos con lo que es fundamental en la vida, tal vez, el amor a la familia, tal vez, el querer salvarnos para estar mejor y no sufrir,  hay que conectarse con todo aquello que nos permita encontrar lo que nos motiva a vivir. Así, podríamos preguntarnos ¿Qué es aquello que valoro en mi vida y por lo que estoy dispuesto a luchar para vencer el problema? ¿Cómo aprendí que eso que valoro, es importante para mí? ¿Cuál es el efecto que reconocerlo tiene en mí, para ayudarme a enfrentar el problema? Por ejemplo, si tengo que controlar una adicción y reconozco que el amor a mis hijos es fundamental y me inspira a dejar la adicción, y me pregunto, ¿Cómo es que reconocer el amor por mis hijos me ayuda a mantenerte sobrio? Repensar lo que nos mantiene vivos y nos da la fuerza para resolver los problemas es una parte muy importante, al mismo tiempo que reconocemos ¿Cómo hace el problema para descarrilar la vida, que ideas nos pesan, qué expectativas, que cosas idealizadas de lo que pudiera ser y no es, esperamos o creemos y no nos permite cambiar? Hay que identificar los para cambiarlos.
      Muchas veces enfrentamos situaciones que nos cambian la vida, que nos limitan físicamente o emocionalmente, como en el caso de alguna amputación o lesión corporal o una enfermedad de un familiar. Esto nos cambia toda la manera de organizarnos y las posibilidades de actividad física y la manera como estamos acostumbrados a vivir. En esos casos, los ajustes emocionales y los cambios de perspectiva de vida son mayores, pues habrá que reconocer que la vida ahora es diferente, que ya no tiene las mismas posibilidades, que cambió y que hay muchas cosas que ya no se va a poder hacer o tener, de la misma manera que antes. Pueden surgir muchas emociones negativas ante el cambio, y el problema de la depresión puede contribuir a la no aceptación de la nueva realidad.
      En el trabajo emocional en casos de traumas físicos o emocionales mayores, habrá que encontrar como,  a pesar del problema o mas allá del mismo, siempre  damos respuestas o reacciones que nos ayudan a vivir; tal vez, sea algo muy pequeño que hacemos y que no lo hemos visto como lo que nos permite seguir adelante, el chiste es no dejar que el trauma defina nuestra vida en la imposibilidad, siempre hay una  opción, algo diferente del que podemos echar mano o ideas que podemos decirnos, o otras habilidades que podemos aprender para sobrevivir. 
      De que no es fácil hacerlo, no lo es, pero de que afortunadamente existe esa luz interna de conectarnos intelectualmente y emocionalmente con lo divino en nosotros, con todo lo que somos y que hemos creado, con todo aquello que sí podemos hacer aunque de diferente manera, con las nuevas posibilidades y cosas que tenemos que hacer ahora ante los cambios, con todo esto, que es el valor que le damos a la vida, pues somos la vida misma, la vida está en nosotros, en cada inspiración, en cada paso, con cada idea y con todo lo que somos capaces de descubrir en nosotros para cambiar.
      La flexibilidad y la esperanza tendrán que abrir el camino que permita  renovar la vida. Nunca estamos iguales y el trascender grandes traumas y problema, nos invita  a renacer utilizando todo lo aprendido de haber vivido y de ser lo que hasta ahora hemos sido.

domingo, 21 de julio de 2019





         ABRIR EL CORAZÓN
         MARTA CAMPILLO

CON UNA SONRISA
PUEDO MIRAR AL FUTURO
SIN QUEJAS
NI LAMENTOS

HE APRENDIDO CAMINADO 
A ENFRENTAR LO DIFÍCIL
A NO DEJARME VENCER
Y SEGUIR AVANZANDO

LA SABIDURÍA PARA SER
SE DESCUBRE EN EL ACTO
EN QUE SE DECIFRA 
LO VIVIDO

CONOCER LO QUE PUEDO Y LO QUE SOY ANTE LO ADVERSO 
ES REVELAR EN MI
ESO QUE VALORO DE EXISTIR

EL INSTANTE ES LO ÚNICO 
QUE OFRECE LA OPORTUNIDAD
DE DEFINIR EL VIVIR
COMO HACER

AMAR LA VIDA ES LOGRAR
QUE  SE ABRA EL CORAZÓN 
A DAR Y RECIBIR
DEL CONTACTO LO DIVINO
 

jueves, 11 de julio de 2019




   
Coexistencias y Casualidades
Marta Campillo

Inesperadamente encuentras que
Caminando por el mundo alguien te da la mano
Alguien te ofrece una sonrisa solo porque si
Alguien con su mirada dice, lo mucho que significas en su vida
En el andar hay encuentros transparentes como el agua
Ahí, alguien recibe tu gesto espontáneo de cariño
Y se acuña una unión
Que prolifera raíces fuertes en el alma
Hay momentos de coincidencias que abren el corazón
En los que se intercambia más allá de las palabras
Lo que el espíritu exhala
Y nos permite animar la vida al dar amor
La cercanía que enana es el instante en que
La intimidad es reflejada en la pupila que recibe
Aquello que solo en la bondad puede crearse
Y que se da en un lazo único la amistad
La riqueza creativa de la vida
Se nutre en la tierra de los afectos
Sembrada de coexistencias y de casualidades
Que hacen brotar la armonía de coexistir
En cada paso acompañado en la alegría
Con cada coincidencia disfrutada y cada risa vuelta carcajada
Estamos iluminando el camino para disfrutar
Los lazos profundos de solidaridad únicos en la amistad

martes, 9 de julio de 2019



   LA SABIDURÍA DE VIVIR
Marta Campillo

     Cuando enfrentamos un problema, una mala noticia, una crisis, cada uno de nosotros tiene su manera de calmarse, de ir más allá de las emociones para poner en práctica lo que le ayuda y hacer todas las cosas que le permiten calmarse, tranquilizarse, para lograr enfocar nuestra energía en buscar la manera en que se puede responder a la emergencia y poder resolver o mejorar a manera de enfrentar el problema.
     Muchas veces ese conocimiento no está tan a la mano de lo que conocemos de nosotros mismos y el miedo, el enojo o la ansiedad pueden apoderarse de nosotros y hacernos sufrir. Hay problemas difíciles o complicados de vivir y eso parecería no darnos otra opción más que el sufrimiento. Aun así, tenemos que escoger la mejor manera de responder, para poder apoyar, ya sea a otra persona, o a nosotros mismos.
      Si alguien nos preguntara ¿Qué haces cuando te sientes mal, ya sea triste o con nervios, o enojado, que les contestarías? A la mejor nunca antes habías reflexionado en lo que haces, y si lo piensas te das cuenta de que o te acuestas y duermes un rato, o escuchas música, o te sales a caminar o hacer ejercicio, o lloras un rato y vives la tristeza y la transformas en lágrimas dejándola ir. Una persona me ha comentado que cuando la energía de la enfermedad casi lo vence, el amor de su hijo le da la motivación para levantarse y jugar con él.
      Una de las maneras útiles para poder observar lo que nos ha sido útil para calmarnos es el ver de lejos al problema y recordar lo que hicimos que nos permitió estar mejor, y así poder entender ¿Cómo es que este problema me afecta? ¿Cómo lo hago mío? ¿Qué me dice que me convence de que no puedo hacer nada diferente? Muchas veces algunas creencias no ayudan a que podamos cambiar, ser flexibles y permitirnos intentar hacer otras cosas que no son lo que usualmente hacemos. Y nos podemos preguntar ¿Si no creyera en lo que creo, que cambiaría en la manera como respondería al problema?  También ayuda el ver de lejos, como si el problema estuviera fuera de nosotros, el preguntarnos que cosas diferentes puedo aprender o intentar hacer que antes no se me hubiera ocurrido hacer y que me permitiría evitar estar pensando únicamente en el problema.
      Nuestra historia es una rica historia de saberes y de conocimientos que tenemos a nuestra disposición para poder cambiar, ver de una manera diferente, manejar las emociones y decidir, con todo eso que somos y que tal vez no hayamos reconocido claramente hasta ahora que se ha hecho necesario, el camino de cómo queremos ser, y escoger nuestra nueva manera preferida de actuar y de pensar.
      La vida es experiencia continua y transformación, aunque muchas veces, los cambios son tan lentos que casi no nos damos cuenta, pero muchas veces son sorpresivos y difíciles, e involucran pérdidas, por lo que nos descontrolan o angustian. Es, en esos momentos en los cuales se necesitan identificar todas las habilidades, para reconocer lo que sentimos y nos angustia y lograr realizar lo que conocemos para calmarnos; se hacen necesarias e indispensables poner en práctica las habilidades que nos llevan a enfrentar las situaciones graves que de otra manera no nos dejarían vivir. Saber manejar lo emocionalmente traumatizante, lo que no quisiéramos estar viviendo, muchas veces pareciera imposible y, sin embargo, podemos apoyarnos en la espiritualidad, en el amor de las personas cercanas, en el amor a la vida, en la oportunidad de dar a los demás apoyo y cariño, en momentos tan complejos.
      Comúnmente no decimos que tenemos sabiduría de vivir, pero si lo pensamos detenidamente ¿Cuántas veces hemos enfrentado una enfermedad o una caída?,¿Cuántas veces hemos enfrentado la pérdida de un familiar?, ¿Cuántas veces hemos perdido a una mascota? ¿Cuántas veces hemos vencido el reto de aprender algo difícil?, ¿Cuántas veces hemos ido más allá del enojo profundo para perdonar?, ¿Cuántas veces hemos perdido algo muy querido o valorado? ¿Cuántas veces hemos tenido que volver a empezar una nueva vida, después de grandes cambios en la vida personal? La vida nos llena de riqueza con todas las experiencias que nos retan a sobrevivir dificultades, así, solo se necesita, que en el momento preciso en que se requieren habilidades para solucionar, hagamos inventario de nuestra riqueza de vida.