domingo, 15 de mayo de 2022

 APRENDI DE TI

      Dia de la,Madre,                                    Mayo 10, 2022
      Marta campillo

Cuando por tu ser 
fluya el consuelo y el amor, 
piensa en la mano amorosa 
que te crió

Cuando puedas transmitir 
serenidad al enjugar 
el llanto recuerda el apoyo amoroso 
que te sostuvo al crecer

Cuando veas que con paciencia 
aprendes de  equivocarte, 
sabrás quien te enseño a perdonarte 
y ser tu mejor amigo.
   
Aprendiste a ser tu, 
a dar de ti, 
a disfrutar de descubrir quien eres
 mirando tu reflejo en sus ojos

Sabes dar, 
amar apoyar y consolar 
porque al arruyo de su abrazo 
se ha ido desplegando tu ser

Asi, eres lo que has aprendi
amorosa de 
tu mamá en ti

sábado, 14 de mayo de 2022

 

EL PODER DEL AMOR

      Marta campillo

      A lo largo de la vida recibimos múltiples manifestaciones de amor, en cualquiera de sus formas, cuidados, alegría ternura, aprobación sonrisas. La aceptación que es una de las vías en que se trasmite el amor, al relacionarnos con los otros, nos va dando la imagen de lo que somos; de lo que preferimos en la vida y de lo que vamos aprendiendo a valorar, a preferir y crear significados de experiencias con las que se va formando la identidad.

     Al estar interactuando continuamente con personas amorosas que nos demuestran aceptación, aprendemos que el vínculo de las relaciones se manifiesta a través del amor. La gran tarea de constitución de la identidad, se va generando en el proceso relacional a través del cual, aprendemos a dar valor a lo que experimentamos y a tomar una posición de aceptar o rechazar esa experiencia, para que nos permita decidir lo que nos gusta y lo que queremos para moldear nuestra vida.

      Nosotros articulamos nuestra forma de vivir a través de la convivencia y de la interacción, en las cuales vamos teniendo ideas de la manera en la cual, el de modo de como actuamos es recibido y visto por otras personas o compañeros. Aprender de nuestra identidad es un proceso activo y dinámico, en el que estamos inmersos toda la vida, negociando con otras personas. Es en el nicho de la interacción donde aprendemos a que nos cuiden y cuidar, donde desarrollamos habilidades de demostración de sentimientos, que hablan de lo sustancial que es una persona o experiencia para nuestra vida.

      El amor no tiene límites. Así, dar o sentir amor, en una experiencia emocional, vivencial, fisiológica, y relacional. Aprendemos a querer de múltiples maneras, variadas intensidades y a una gran variedad de personas y objetos de nuestra vida. Por ejemplo, amamos vivir y el amor lo expresamos de diferentes maneras, realizar una actividad que nos llena de emoción, o dar amor a una mascota, como si fuera un hermano, o hacer una acción de generosidad por otra persona, etc.

     Algo muy importante es reconocer el proceso de apoyo y aceptación que vivimos desde pequeños. El cariño y la protección que recibimos de nuestros cuidadores, nos va enseñando el efecto que el cariño tiene en las emociones y las relaciones con los demás. Así, vamos creando un camino de reconocer cuando y como dar cariño, formando una manera amorosa de ser, de valorar y tener una visión del manejo del amor que damos en nuestras relaciones.

     Lo valoramos en la vida, no siempre lo tenemos claro o ha sido reconocido, sin embargo ante situaciones de crisis, lo que hacemos para responder se basa en pensar en aquello a lo que le damos valor, lo que nos inspira, nos anima y nos impulsa. Pareciera ante situaciones de crisis que no vamos a ser capaces de hacer lo que se necesita y sin embargo, lo que valoramos, el amor a la vida, a la familia, amor a vivir pueden ser un motor muy importante que nos impulse a responder de la manera que queremos hacerlo.

      Cuando impulsados por la fuerza de lo que valoramos, del amor a nuestra vida, de lo que nos motiva, de las personas a quienes queremos y cuidamos, logramos sobreponernos al dolor, hacer grandes sacrificios económicos o emocionales, soportamos a la enfermedad o realizamos esfuerzos para cuidar el bienestar de las personas amadas. Muchas veces la única explicación de una gran motivación para actuar, para cambiar, para sobreponerse ante los retos de la adversidad, tiene que ver con el amor como motivo para vivir.

    

viernes, 18 de marzo de 2022

 


LA RAZÓN PARA VIVIR

Marta Campillo

Hay muchas situaciones en la vida, que al ser un reto por la problemática que implican, producen inestabilidad emocional. La enfermedad es una de esas condiciones, la cual pude ir desde el malestar y el dolor severo hasta la amenaza de la vida. Para enfrentar cualquiera de estas enfermedades necesitamos poner en práctica esos aprendizajes de manejo del miedo y del dolor que hemos aprendido, sin darnos cuenta, a lo largo de la vida y que conforman nuestra manera de responder ante la enfermedad.

         Si pudiéramos narrar las múltiples enfermedades que hemos tenido a lo largo de la vida y la manera en como aprendimos a vivirlas sin angustia y a sobreponernos, tendríamos todo un manual de habilidades de vida. Dichas habilidades no tienen que ser rutinas difíciles ni habilidades complicadas, tienen que ver con que al hacerlas, nos permiten cambiar de manera de pensar; o de cambiar el foco de atención más allá del dolor y dejarlo ir; crear imágenes o recuerdos en la imaginación que nos sitúen en otro momento o  lugar.

       Recuerdo como aprendí que la lectura envuelve la imaginación en las historias y no se percibe el paso del tiempo. De adolescente me dio hepatitis y me prescribieron reposo por un mes, el estar tanto tiempo en cama, podría haber sido algo desesperante, solo que con mis primas habíamos comenzado a leer en voz alta, la historia de Momotaro en los libros del Tesoro de la Juventud o también las historias de Polaina, o las historias en las que los personajes esquiaban en lugares fríos y nevados, cosas que acá en México no existían y costaba imaginarse, lo cual creaba todo una discusión de lo que sería vivir ahí y al preguntarnos y fantasear y reír de lo desconocido nos alejada de la realidad concreta de la hepatitis.

      Cada uno de nosotros tenemos nuestro manual de habilidades de vida, el cual tal vez no lo hayamos reconocido como tal. Quizás no nos hayamos puesto a buscar las habilidades o pensado en esas habilidades como parte de la solución, hasta que nos tenemos que enfrentar a un reto fuerte con la enfermedad y tenemos que encontrar como sobrevivir, así, la necesidad nos lleva a ensayar algunas de esas habilidades conocidas que ya habíamos usado frente a la enfermedad.

      Pareciera de inicio que los efectos negativos de la enfermedad, ya sean emocionales o fisiológicos, van a quitarnos la fuerza y hacernos olvidar las cosas a las que les hemos dado valor y nos motivan, nos inspiran al vivir. En el proceso de comenzar a familiarizarnos con la enfermedad y de batallar con los efectos negativos, nos crece o se hace visible aquello que nos llama a vivir, lo que nos pone en contacto con lo que apreciamos y valoramos de la vida.

      Reconocer todo aquello que le da sentido a nuestra existencia, lo que valoramos y nos motiva a resistir, nos permite identificar los propósitos para luchar. Lo que valoramos en la vida, por ejemplo el amor a la familia, o el cuidado y apoyo que somos responsables de darle a alguien querido, o el tener proyectos personales de beneficio social, o el ser responsable del cuidado de la familia, todo lo que nos llama a la vida se convierte en esa fuente de decisión personal para sobrevivir.

     Así, para poder descubrir las rutas del camino a la sobrevivencia, hacer visible lo que valoramos nos abrirá la puerta a las habilidades de vida que han sido parte de nuestra existencia y nos dará la lucidez de aquello a lo que le damos valor, para apoyándonos en eso valorado podamos resistir y hacer lo necesario en la lucha por la vida.


domingo, 6 de marzo de 2022

SABERES ANTE LA ENFERMEDAD

   MARTA CAMPILLO     

      Enfermarse es parte de vivir, desde el nacimiento nos enfermamos y esto es parte de las problemáticas de vida con las que tenemos que aprender a lidiar. No todas las enfermedades presentan los mismos retos, ni se presentan de la misma manera en las personas       Generalmente de inicio, hay confusión acerca de lo que nos sucede, hasta que se logra tener un diagnóstico y se puede aclarar un poco lo que recomiendan de tratamientos y del proceso que los médicos proponen. Cuando las enfermedades son complejas o raras, el diagnóstico toma mucho tiempo estudios e involucran procesos dolorosos y costosos. Sobrevivir a ese proceso ya es en sí toda una hazaña.

      En el proceso de enfermar, necesitamos ir más allá del miedo y del desconcierto que producen los síntomas, de dolor o malestar, para comenzar a desarrollar un cocimiento de la manera en como respondemos, y de todo lo que hacemos de manera consciente, o sin darnos cuenta y nos ayuda a estar mejor.

      Además, la enfermedad da en un momento de la vida, en el que existen ciertas condiciones de vida, relaciones especiales y proyectos personales que se interrumpen. Para comenzar a entender la manera como la estamos viviendo, tenemos que mirar a la manera como estamos reaccionando. Muchas veces de inicio no creemos que nos esté ocurriendo, eso hace que emergen muchas emociones, a veces enojo, otras desesperanza y tristeza y muchas veces miedo. En general en la vida, gran parte de las cosas son predecibles conocemos las consecuencias de las acciones y eso nos el tratamiento y más o menos el tiempo que nos lleva sanar permite conocer el camino de sanar. Por ejemplo con muchas enfermedades infecciosas como el catarro o la diarrea o malestares estomacales, conocemos los síntomas, sabemos los remedios que nos mejoran y nos curan.

      El proceso con enfermedades graves es otro. En primer lugar los síntomas no son comunes, pueden ser más severos y el propio proceso de no saber lo que nos está pasando produce inseguridad con respecto a lo que se habrá de enfrentar y la severidad de los tratamientos y el pronóstico que tiene esa enfermedad. No obstante lo asustador que puede ser un diagnóstico, vivir la enfermedad moviliza la manera en como hemos aprendido a responder a sentirnos mal, o con dolor o a tener malestar. De tal manera que necesitamos reconocer las preguntas acerca de que podemos hacer para enfrentar las dificultades y poder sobrevivir. Tal vez nos habíamos preguntado ¿Cómo manejo el miedo a la enfermedad? ¿Cómo me calmo para no agrandar las sensaciones desagradables y soportarlas? ¿Cómo logro que la enfermedad no domine mi vida? ¿Qué hago para mantener la esperanza? ¿Qué ideas o creencias me ayudan a no permitir que la desesperanza predomine? ¿Y qué las ideas me repito o me digo para descartar a las ideas negativas?

             Nadie se mantiene pasivo ante la enfermedad, lo que hacemos, lo que creemos, lo que esperamos, las emociones que se generan y la manera de manejar los síntomas, todo lo que hacemos se convierte en el proceso de responder a la enfermedad. Dicho proceso puede dejarse ir hacia lo negativo, pero también hay la posibilidad de observar e identificar aquellas maneras de responder, esas ideas que hacen visible la esperanza y ayudan a identificar lo que nos motiva y nos conecta con la vida, que nos permite cambiar lo que hacemos si no es útil, y así, podemos encontrar una mejor manera de sobrellevar las dificultades inherentes a enfermar.

     Hacer visible lo que nos importa, a lo que le damos valor forma parte te responder a la enfermedad. Identificar, sentir y tener presente lo que nos motiva a vivir, nos invita a revisar como estamos reaccionando, si lo que estamos haciendo nos facilitara soportar esa enfermedad; si permite crear las condiciones de calma y tranquilidad para apoyar la recuperación. Tal vez, para poder hacer las cosas que ayuden tenemos que deshacernos de algunos problemas, y también puede ser que necesitemos ayuda de otras personas en el proceso.

      Conectarnos con lo que nos da fuerza de vivir, abre el camino de conocer a nuestras propias habilidades de vida, las maneras como le damos vuelta a lo negativo ignorándolo o no dándole credibilidad, creando un autodiálogo positivo, realizando actividades preferidas, aprendiendo nuevas habilidades como meditación o yoga, compartiendo con otras los logros en el manejo de los síntomas y recuperando la vida a cada instante.

    

 


martes, 1 de marzo de 2022

 LO QUE ERES

  marta campillo                                              Marzo 8,  2022

Viendo que tu alma
estaba basada 
en la justicia y el amor
Te llamaron Libertad

Cuando tu mirada 
puede identificar l
impredecible, 
te decían Maga

Cuando tu alegría 
contagiada a los otros 
cambiando el ritmo y la emoción 
te decían rumbera

Cuando tu energía 
nos sostenía como la profundas raíces 
de un árbol ante la adversidad, 
eres gaia

Cuando tu ternura 
enjugaba las lágrimas 
y sanaba el alma, 
eres  mi
hermana

Cuando tus palabras 
trascienden lo aparente 
haciendo visible lo implícado
Eres la luz que ilumina lo preciado

Así tu presencia 
que nutre, que sana, que enseña, 
con quien se disfruta vivir, 
esa eres en si ¡mujer!

domingo, 1 de agosto de 2021

 

   TE VEO EN MI

   Marta Campillo

Cuando dejó
que la calma
sea mi guía
Te siento en mi

Cuando recuerdo
tu voz que inspira 
reflexión
Encuentro los caminos para ser

Me veo en ti
Desde mi reflejo
En la niña de tus ojos 
mirándome con cariño

Se que vives
en mi corazón 
cuando revivo
tu generosidad  
apoyando a los demás

Te veo en mi
Cuando valoro del vivir 
lo sagrado y actúo  
entregando lo mejor de mi



 

   CORAZÓN ALADO

     Marta Campillo

Tu conviertes la palabra
 en un bálsamo sagrado
 que me ayuda a vivir

Solo tu encuentras
Esperanza 
en las recónditas dificultades 
de enfermar

Tu identificas 
como cambiar la trayectoria 
del enojo y del dolor 
hacia la paz

Tu que has vivido mi historia
me recuerdas 
el camino aprendido 
de saber resistir

La esperanza me abraza 
cuando logró inhalar 
poco a poco
la calma del sanar

Tu mi corazón 
que vuelvas hacia 
Aquello que valoras
E inspiras la paciencia y Ia humildad

Tu que eres 
de mi lo más preciado
me das alas 
para volar hacia la serenidad