EL ARTE DE LA CALMA
Marta campillo
Frecuentemente escuchamos que las personas están nerviosas, alteradas y que sufren con los efectos de la ansiedad, agitación, sensación de falta de aire, temblores, presión en el pecho, o picazón en la piel, estreñimiento o trastornos intestinales, agitación o sensación interna de inquietud o problemas de sueño, en algunos casos problemas con la sexualidad como la impotencia.
La respuesta corporal de
"nervios" o angustia, generalmente tiene que ver con una respuesta de
nuestro cuerpo a ciertas condiciones que consideramos dañinas o peligrosas para
nosotros o que nos imaginamos que lo son. Muchas veces nuestros pensamientos no
nos ayudan, puesto que reaccionamos con ideas de alarma o de preocupación, que
provocan descontrol y no calma, por lo que habría que parar y preguntarse ¿Qué
ayudaría a que la reacción fuera diferente? ¿Qué tendríamos que hacer diferente
o dejar de hacer para controlar este problema?
Ante la reacción de "nervios" hay varias medidas que implementar, pero antes habría que conocer como hace el problema para construir un camino de efectos que se apoderan del cuerpo y producen ideas negativas, y produce que no se activen las ideas de solución de problemas.
Ante la reacción de "nervios" hay varias medidas que implementar, pero antes habría que conocer como hace el problema para construir un camino de efectos que se apoderan del cuerpo y producen ideas negativas, y produce que no se activen las ideas de solución de problemas.
Muchas
veces comienza con una idea, que produce miedo, por ejemplo, la predicción de
que algo malo nos va a pasar, “me van a reprobar”, o “no voy a poder”, o “no
puedo hablar en público”. Otras veces comienza por algún efecto concreto,
sudoración de las manos, palpitaciones del corazón u opresión en el pecho, y al
comenzar a no querer sentir eso, pues comenzamos a luchar por no sentirlo y
entre más se trata de no sentirlo, más se agranda y más nos estamos vigilando,
a ver como está ocurriendo en el cuerpo y más tiene el efecto de hacernos
pensar que no hay manera de controlarlo y de dejar de sentirlo.
Cuando las cosas se agrandan y el problema va ganando espacio y sus
efectos están más presentes, nos vamos poniendo más y más preocupados y
nerviosos, se puede producir un miedo mas generalizado que llamamos fobia. Aprender
a tener control de nuestro cuerpo es el primer paso para retomar la confianza
de que podemos tener control sobre lo que produce el miedo en el cuerpo. Así,
pueden aprenderse diversas técnicas de relajación o de meditación, que implica
respiración con el diafragma, profunda, lo más importante es que la persona al relajarse
crea un efecto corporal de incompatibilidad con la tensión, en el cuerpo o se
está relajado o se esta tenso, así al crear un estado de relajación se pueden
revivir gradualmente imágenes de miedo o de preocupación con ausencia de
producir el efecto de miedo.
Muchas cosas ayudan a tener calma, el ejercicio, el entretenimiento, las
manualidades, la lectura, la meditación y cada persona tiene su propio método
de tranquilizarse, de parar de pensar en las ideas de miedo y poner su mente en
un espacio diferente en el que la intranquilidad se disipa. También otras
intervenciones más complejas como la hipnosis Ericksoniana, puede utilizarse en
psicoterapia en caso de requerirse-
Los
efectos negativos de los problemas que descontrolan el cuerpo, es verdad que
asustan sobre todo cuando nunca ante se han sentido antes, pero muchas veces
con el solo entender que nuestro cuerpo está reaccionando exageradamente y
analizar la manera en que vamos a enfrentar y resolver el problema, es
suficiente para que los efectos desaparezcan. En otros casos la respuesta
corporal es una alarma que se prende para alertarnos de que no estamos haciendo
lo suficiente para no tener problemas, por ejemplo, en el caso de tener miedo a
los exámenes, habría que evaluar ¿Cómo estamos estudiando?, si existe algún
problema de memoria o de aprendizaje, las causas que pudieran estar relacionadas
al problema. En muchos casos el problema no es la falta de calma sino la ideas
en las que se piensan y las creemos como verdades.
Cuando un problema se presenta si miramos y exploramos ¿Cómo se
construye?, ¿Qué nos dice para convencernos? ¿Qué nos ayuda a controlarlo o
dejar fuera? ¿Qué estamos aprendiendo de nosotros al vivir con ese problema?
¿Qué necesitamos cambiar en lo que pensamos o en lo que hacemos? Esa recuperación
de nuestro conocimiento y de la experiencia de vivir con algún efecto, cuando
la hacemos presente y la reconocemos, nos permite conocer más cómo reaccionamos
y lo que no nos ayuda y las posiciones y decisiones que nos ayudan a ir más
allá de los problemas, nuestros propios saberes de vida.