lunes, 28 de enero de 2019

   

   NI NI

      Marta Campillo

    A través de a vida hay muchas ocasiones o momentos de transición, de cambio en la vida que generan una sensación de estar perdidos, desorientados, de no saber que queremos hacer con la nuestra vida, lo cual puede ocurrir ante los grandes cambios de etapa en la vida. Desde muy pequeños hemos estado sujetos a horarios determinados por calendarios organizados por la escuela, si lo pensamos bien, desde muy pequeños primero nos inscribieron al kínder o preescolar, después a loa primaria y a la secundaria, puede ser que se comience a trabajar después de la secundaria, pero realmente, es hasta después de la preparatoria donde tal vez hay grandes cambios, tal vez de escuela o de ciudad y ahí comienzan nuevas experiencias de vida. Es cuando terminamos la carrera que comienza la sensación de preguntarnos “¿y ahora que hago, a qué me dedico?”  si no se engarza la terminación de la carrera con un plan de trabajo o de estudios avanzados, de pronto pareciera que no podemos auto organizarnos más allá de la organización externa y ahora comienzan las demandas de autonomía económica y emocional. Esta época se convierte en verdaderamente estresante sino se tiene una visión de que es una etapa en la que hay que desarrollar un proyecto que conlleve a un camino de búsqueda de trabajo o de actividades productivas.
      No es únicamente en esos momentos de terminación de la escuela en la que surge que la sensación de estar fuera de proyecto, o de planificación futura, o de un camino en el que se vea claramente el rumbo. La sensación de que nos hemos quedado sin programa puede surgir siempre que se termine una rutina o quehacer o trabajo organizado que hayamos realizado por algún tiempo. Pareciera que la mejor respuesta es que aprendiéramos a cambiar de situaciones y estar dispuesto a generar las alternativas para que eso que vamos a querer realizar o desempeñar sea de nuestro agrado, exige gran flexibilidad.
      En el mundo moderno la posibilidad de conseguir trabajo en el campo que se estudió, muchas veces no es probable, hay gran escases de empleos, por lo tanto, la presión para buscar en áreas relacionadas se incrementa y para ser muy creativo y recordar todas aquellas cosas que hayamos aprendido y nos interesen pues es posible que ahí, en ese campo si haya trabajo. Ahora incluso las universidades tienen carreras de campos combinados en los que se nutren dos áreas de aplicación que se combinan en la práctica.
      Existe un gran reto para no darse por vencido cuando de pronto no se puede lograr de manera inmediata lo planeado y deseado, como lo es, el encontrar un trabajo en lo que se pueda continuar el aprendizaje y el desarrollo. Realmente hay que vencer ese reto ampliando los horizontes, mirando esa etapa de la vida como un nuevo proyecto que requiere un pensamiento abierto, flexibilidad, mirar a todas olas posibilidades cercanas y lejanas. No descartar posibilidades antes que realmente evaluar que se necesita en capacitación y habilidades para poderlas realizar. Ante las dificultades para encontrar trabajo, se necesita dedicarles tiempo a las fuentes de información en redes sociales pues que ahora las empresas mantienen páginas para promover sus empleos y desarrollos.
      Muchas de las personas antes de entrar en el campo en el cual van a sobresalir, desarrollan muchos otros empleos, que resultan ser temporales y les dan experiencia en el trabajo, aunque no sea su campo escogido. La clave es no convertir esta dificultad en un problema personal de fracaso o de culpa sino tomarlo pensando en cómo hemos resuelto otros retos. Por ejemplo, si un trabajo requiere que sepamos nadar, pues habrá que aprender a nadar, o si requiere que sepamos otro idioma o alguna habilidad que no imaginábamos, pues hay que aprenderla y desarrollarla.
      Lo que resuelve la situación es la manera en cómo se enfrente la situación de cambio que puede implicar retos y necesidades de aprendizajes que no se habían previsto, pero que únicamente las personas que estén dispuestas a enfrentar el reto podrán resolver, crecer y conseguir las metas.   

viernes, 18 de enero de 2019




   
DEJAR IR
   Marta Campillo

    Hay muchas ocasiones en la vida donde establecemos relaciones que son muy profundas por los muchos niveles que compartimos, de tal manera que, en la confusión de separarse, de ya no tener esa presencia en nuestra vida, fácilmente se forma una paradoja, esto es, sin darnos cuenta mantenemos dos posiciones encontradas. La realidad de lo que ha pasado dice separación, y las emociones dicen: quiero quedarme y seguir, encontrar una fórmula mágica que cambie el estado de las cosas, que la pareja me pida perdón por la traición, que reconozca que me hirió; que me quiera y priorice lo que tenemos, en fin, que cambie. Así nos planteamos, “nos separamos, pero quiero quedarme”, “Estoy en la relación, pero no estoy”, “Me quedo, pero me voy”. Lo cual hace a la separación una paradoja, est9o es, cuando se piensa en dos cosas que son incompatibles y que no pueden sostenerse al mismo tiempo. Esto es, o me quedo o me voy, pero no se puede definir terminar y no quedarse en la relación y al mismo tiempo seguir estando en esta. La cuestión es que esto pasa sin que nos demos cuenta de que como se esta planteando la separación no es una verdadera definición de separación, esto se da por el gran dolor que ocasionan los conflictos.
       El dolor viene de la traición, del maltrato, de la lucha que ocasiona la contradicción con las mentiras, y el tratar de lograr acuerdos y del tiempo que tengan en esa lucha. Si en ese proceso se logra ponerse de acuerdo e ir más allá de lo que ocasionó el problema, las personas logran ponerse de acuerdo y perdonarse. Lo malo es cuando las personas ya están involucradas con otras personas, ya existen otros hijos de por medio, ya hay disputas legales costosas y dolorosas, lo cual hace mucho más difícil el poder volver a la relación con confianza y amor.
       Sin embargo, si más allá de lo que la pareja haya hecho, la seguimos queriendo y conservando la fantasía que generaba su cariño, será difícil olvidar. Dejar ir implica no seguir pensando en lo que no es un hecho, que sería la realidad de que la persona no está libre y en disposición emocional de reparar el daño. Pero si las dos personas fomentan mensajes de amor, aunque estén lejos, de querer seguir, aunque no cambien nada en la vida que implique que van a reconstruir la relación, siguen en contacto, que muchas veces se torna amoroso, las posibilidades de olvidar son casi nulas. ¿Cómo se puede entonces dejar ir los sentimientos de añoranza por el otro? ¿O la necesidad de que sea esa persona nuestra pareja? Dejar ir, pasa por la aceptación fría de los hechos, de mirar la realidad de lo que se tiene en el presente que permitiría o rehacer la relación y resolver los obstáculos o aceptar la imposibilidad de lograrlo.
       La ambigüedad engendra dolor y confusión, duele ser claro y enfrentar que no hay posibilidades de retomar la relación, que muchas cosas incambiables se interponen, pero eso es así. Pero duelo más la confusión, la expectativa de volver a tener la relación, que nunca se cumple. El dolor que produce el desengaño perpetuo, de querer y no poder rehacer el contacto, la cercanía o el amor. Así, hablar de frente consigo mismo, sin engaños ni mentiras, reconociendo que es difícil abandonar el sueño de que la persona sea lo que no es.  Por ejemplo, uno se separó de la pareja porque fue infiel y estableció otra relación y en el presente la tiene. Y sin embargo la persona se acerca y quisiera retomar la relación, sin cambiar nada de su vida. Uno se separó por las razones que siguen vigentes en la vida del otro, y esa persona quiere acercarse sin cambiar nada. ¿Si uno acepta, está siendo coherente con lo que generó el problema en primer lugar? Se quiere que la persona sea diferente pero la está aceptando con otra relación, y volvemos a que al pensar así, otra vez se mete uno en problemas de plantearse la vida con la propuesta “sí quiero pero no quiero” y desde ahí no se resuelve nada y está muy complejo tener calma, y poner en claro lo que se necesita para dejar ir esos sentimientos y cambiar la vida.

domingo, 13 de enero de 2019






AMAR LA VIDA
Marta Campillo

Aprende a descubrir
la dulzura de tu alma
La voz de la esperanza de futuro
Que vive en ti

Descubre la capacidad
De perdonar tus errores
Piénsate como una estrella
que brilla con luz propia

Disfruta de tus sueños para que guíen tus pasos
Y se hagan realidad
No confundas a las mentiras con amor
Ni ofrezcas tu amistad a quien no lo merece

Sonríe y disfruta de las cosas pequeñas
Cuida de ti
como si fueras la niña de tus ojos
Ama profundamente la vida en ti