NUESTRO CUERPO HABLA
Marta Campillo
Vivimos en un cuerpo al que nos acostumbramos a utilizar y atender como parte de lo cotidiano, cubriendo las necesidades esenciales para mantener la vida, como comer, dormir, o hacer ejercicio. Por mucho tiempo nuestro cuerpo crece, se desarrolla y nos va permitiendo no estar tan pendiente de lo que necesita, nos podemos desvelar más, retrasar las horas de comida o comer, lo que conocemos como comida chatarra. Sin embargo, entre menos abuso tengamos y más cuidado con el desarrollo de nuestra fuerza física y de los cuidados para mantenernos bien, mejor nos va en la vejez.
En algunos momentos de la vida nuestro
cuerpo nos da señales de que algo no está bien, nos duele la cabeza, o no podemos
dormir bien, tenemos problemas gastrointestinales o de erupciones en la piel o
trastornos en la sexualidad. Esas señales, dependiendo de qué tan fuertes se presenten,
nos hacen tener que parar y preguntarnos qué estamos haciendo en el manejo de
nuestra vida y las relaciones que hemos creado, que nuestras emociones se han alterado
y aparecen síntomas o señales en alguna parte de nuestro cuerpo.
Cuando hay un problema con algún órgano o
sistema fisiológico, la enfermedad que se produce, altera muchas cosas, el estado
de ánimo, activa nuestra manera de enfrentar los problemas para resolverlos,
pero desgraciadamente en algunos casos no podemos hacer que la enfermedad
desaparezca físicamente o que se controle rápidamente, lo que sí podemos lograr
es decidir el manejo y la respuesta que damos ante el dolor y la tristeza. La enfermedad es un gran reto que nos demanda creatividad
y tranquilidad para lograr encontrar maneras de vivir con los problemas físicos
y no volverlos también problemas emocionales.
Existen otras veces en que nuestro cuerpo
nos manda señales avisándonos de que existe un problema en nuestra vida que no
estaos atendiendo, por ejemplo, si una persona siente que su respuesta sexual
se altera y no se excita, tal vez tenga que revisar como está la relación con
su pareja. Si una persona tiene un salpullido que loe enrojece la cara, tal vez
hay alguna situación que la está estresando o angustiando, en las relaciones
con otras personas o en lo que tienen que enfrentar como sería un examen
difícil o una entrevista de trabajo, o algo para lo que no se siente preparado.
Así, las situaciones difíciles en la vida nos producen emociones fuertes y éstas
pasan a ser parte de las señales que tenemos que reconocer y entender con que
se relacionan para poder resolver lo que tengamos que enfrentar, aun que sea un
problema fuerte o que nos cueste trabajo.
Podemos decir que vivimos lo que hacemos
y lo que nos ocurre con todo lo que somos, incluyendo a nuestro cuerpo. Si aprendemos
a escucharlo, podremos descifrar lo que nos quiere decir con las señales que
nos manda, o entender con que se relaciona el problema que se nos está
presentando en el cuerpo antes de que lo hayamos notado y nos hayamos puesto a
pensar como tenemos que cambiar.
Muchas veces nuestra respuesta a
situaciones de trauma emocional, se hace presente cuando el cuerpo nos protege,
lo que sentimos en ese momento de angustia lo ignoramos o cambiamos, por ejemplo,
alguien herido puede no sentir el dolor si está tratando de rescatar a otra persona.
Siempre damos una respuesta al trauma emocional, aunque en ese momento no sea
percibida.
Nuestro cuerpo es nuestro aliado para
ayudarnos a manejar o responder a situaciones difíciles o de estrés, al
mostrarnos señales de angustia que necesitaos respirar y soltar para calmarnos.
Escucha lo que tu cuerpo de dice pues te puede mostrar un camino en el que
necesitar entender para poder ser creativo y crecer.
Pienso que el cuerpo no solo habla, grita y suplica atención por medio de las sensaciones, incluso del dolor, ciertamente mientras nos vamos desarrollando, muchos dejamos de comunicarnos y de atender las necesidades que nuestro organismo tiene, nos enfocamos a otras necesidades externas y lo interno es abandonado por las necesidades que nos vamos creando. El gran filosofo Hiopocrates dijo " Si quieres curar a alguien, debes preguntar si quiere renuncias a lo que le hace daño", somos lo que le damos a nuestro cuerpo y la factura la da el tiempo, mente sana en cuerpo sano... Gracias Martita por compartir.
ResponderEliminar