martes, 24 de julio de 2018




HABLANDO CON EL CORAZÓN
    Marta Campillo

  En la vida cotidiana, no siempre tenemos identificado aquello que nos anima a de vivir, lo que nos motiva a luchar para cambiar una injusticia o lo que nos ayuda a luchar ante una enfermedad para preservar la vida y muchas veces nos sorprende esa decisión y entereza con la que   perseveramos y resistimos la  adversidad y las dificultades. Eso que nos hace responder de una manera muy especial, no únicamente ante la adversidad sino que forma parte de nuestra manera de ser.  
     Aquello a lo que nosotros le damos valor, puede ser algo que conocemos o que se derivó de haber vivido una experiencia que nos llevó a dar valor a ese significado. Por ejemplo si se vive una injusticia, la reflexión nos lleva a tomar una posición o conclusión y a desarrollar un sentido de justicia. Así, actuaremos desde ese principio y  lo tomaremos en cuenta para evaluar nuestras posiciones y opiniones y las maneras de ver el mundo y las experiencias de experiencias de vida.
     Podemos tener muchas cosas a las que les damos valor, que forman parte de nuestras creencias, de nuestras preferencias, de lo que más nos anima y nos motiva a vivir de esa manera. Como ejemplo puede ser que valoremos el amor por la familia, o el respeto a las demás personas, o la importancia de decir la verdad y ser sinceros, o el lugar primordial en el que situamos a la amistad por mencionar algunos.
     Lo importante de aquello a lo que le damos valor, es la relación que tiene con nuestra manera de vivir. Muchas veces nos hace falta ponerle un nombre a eso que nos motiva y nos mueve. Otras veces  reconocer como aprendimos que a lo que le damos valor es algo  tan importante,  el describir como lo hemos aprendido y de quien o quienes; además el como lo hemos utilizado en lo que hemos hecho, es hacer nuestra historia y es parte de nuestros aprendizajes de vida.  Este proceso de relatar la experiencia vivida, nos da una perspectiva que permite explicarnos las razones de nuestras acciones, si es que no lo hemos tenido presente y ha estado claro o explícito para nosotros.
    Conocer a lo que nuestro corazón da valor nos permite aprender de la riqueza de la experiencia vivida, de las relaciones que hemos tenido y que han apoyado el desarrollo de lo que somos y de nuestra identidad. Así, si una persona enfrenta una dificultad que amenaza su vida o su cuerpo o su integridad emocional, como puede ser el cáncer, la diabetes mellitus o el fallecimiento de un ser querido.
Requiere para poder enfrentar esos problemas, saber que lo motiva a cuidar su salud y cambiar sus hábitos alimenticios. Saber acerca de sus creencias y cual es la espiritualidad en que se basan y como al llevarlas a la práctica alimentan su fuerza para vivir. Otro ejemplo es la manera en como el amor por la vida y la familia se vuelven un pilar desde donde se articula nuestra posición de vida y se explican los grandes sacrificios que se realizan en pro del bienestar de un familiar o de una persona muy querida a la cual ayudamos desinteresadamente.
     La riqueza para vivir  y sobrevivir, está en lo que valoramos con todo el corazón. Conocer nuestra propia historia ilumina los conocimientos acerca de nosotros mismos, lo que nos da un piso o un territorio que necesitamos en muchos momentos de la vida, desde donde poder tomar decisiones y nos permite entender que si existe en nosotros, todo eso a lo que hemos aprendido a lo largo de la vida a valorar y que nos permitirá sobreponernos, sentir la determinación y la entereza para actuar desde el corazón.

3 comentarios:

  1. Leerle me hace replantearme la pregunta; ¿Qué me mueve para actuar y hacer?, me ayuda a recordar lo que es verdaderamente importante paea mi, me ayuda a no perderme. Gracias maestra!, saludos!

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  2. Martita me da placer leerte y es muy esperanzador el que los valores ayudan a que caminemos sin saber bien hacia donde pero con la certeza de que es lo que nos guía

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  3. Pienso que todos tenemos algo que valorar, un recurso de motivación que nos permite buscar la solución y el bienestar, algunos desde el valorarse así mismos y otros por amar lo que tienen... Hijos, padres, hermanos pareja .. Siempre hay algo, pero solo el corazón es capaz de descubrir para dar valor a lo que verdaderamente se ama...

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