martes, 13 de noviembre de 2018


PERDONAR NO ES OLVIDAR
                marta campillo

     A lo largo de la vida, como vivimos en medio de relaciones es casi inevitable que en algún momento se origine una situación en la que se nos produzcan heridas, algunas por algún desprecio, por desamor, por traición o por conflictos no resueltos. Algunas veces cuando el desamor es con alguno de los papás, se puede producir en un dolor tan grande que se viva como un trauma y esto le cause a la persona que llegue a conclusiones erróneas sobre su identidad, como pudiera ser el pensar que no vale como persona, que no es merecedora de cariño, que hay algo malo en ella o él. Así verse afectada la imagen de sí mismo.
      Lo maravilloso de la vida es que tenemos muchas interacciones con múltiples personas y una mala experiencia con uno persona, no es definitoria para siempre pues hay muchas otras relaciones en las que se recibe el amor y la aceptación que necesitamos para vernos a través de los ojos de otra persona que nos quiere. Por ejemplo, puede ser que hay un conflicto con la mamá o el papá, pero que el responsable de la crianza sea la abuelita o la tía y se tenga el apoyo y confianza para dar y recibir el amor que se necesita para reconocer esa otra parte de nuestra identidad y de lo que podemos llegar a ser y aprender de esas relaciones a como llevarse con los demás con afecto y respeto.
      En las relaciones de pareja, en las que pueden ocurrir traiciones que enfrenten a la persona que la recibe con un inmenso dolor, el camino nunca será el odio o la venganza, pues el problema es que esas emociones invadan nuestra vida y nos produzcan efectos negativos y seamos nosotros los que tengamos que pagar el precio de vivir mal.  La pregunta siempre será preguntarnos que de lo que nosotros valoramos está siendo lesionado por lo que nos pasó, por ejemplo, si es nuestro sentido de justicia, lo que nos hace sentirnos tan ofendidos, entonces inspirado en eso como podemos hacer para enfrentar los efectos negativos de la traición, para no permitir que nos cambie, que nos llene de odio y de rencor.
       Muchas veces cuando de pequeños hemos sufrido el desamor de un padre, y al crecer y madurar la o lo entendemos como una persona que está reflejando lo que ella/él vivió de sus papás, entenderemos que no es con nosotros el problema, sino que es poco probable que una persona que fue criada con desamor, ahora nos de amor. O tal vez las propias contradicciones de lo que vive, no le permiten ver más allá de sus propios conflictos para dar apoyo y protección, y cuando reconocemos ese límite podemos entender sus limitaciones.
     Perdonar es tomar una posición diferente, es entender que la ofensa no fue hecha con la intención de devastar nuestra vida, aunque nos haya afectado de manera muy profunda. Perdonar a la persona es lograr entenderla/lo como un ser humano con contradicciones y problemática no resueltas en las que nos vemos envueltos y sufrimos las consecuencias de cosas que no necesariamente tienen que ver con nosotros. Al producirse el conflicto nos vemos obligados a entender para situar las causas de los problemas en su origen, que muy probablemente tiene que ver, con los conflictos no resueltos en la infancia y en la vida de la persona.
       Cuando tomamos distancia del conflicto y de los sentimientos que nos ha producido de dolor, el enojo, el resentimiento o la tristeza, podemos hacer la tarea de no dejarnos atrapar por esos efectos negativos del problema y que nos atrapen el alma y no o s dejen vivir. Perdonar implica vivir de acuerdo a lo que creemos y valoramos. Es una manera de ser lo que queremos ser, más allá de las experiencias negativas que nos pasen. Perdonar es vernos de lado delo que valoramos y que nos inspira a vivir como queremos vivir ya ser como queremos ser.
      Perdonar es rescatarnos a nosotros mismos inspirados en lo mejor de lo que somos y aprendiendo a ponernos del lado de lo que nos dignifica el amor por la vida y nos hace creer en dar amor, apoyo y consuelo, sobre todo a nosotros mismos.



1 comentario:

  1. Perdonar que difícil es siempre recuerdas el daño y dolor causado por la otra persona(s), pero odiando no ganas nada solo te causas daño tu mismo ya que muchas veces la persona odiada ni enterada esta. El saber perdonar siento que es armarse uno mismo no lo realizas por la otra persona si no por ti mismo ya que tu quieres sanar y sentirte bien y ser feliz.

    ResponderEliminar