domingo, 12 de agosto de 2018





EL LAZO QUE NOS UNE: ser la niña de sus ojos
                        Marta Campillo

      En nuestra cultura hay dichos que reflejan momentos importantes en las relaciones, como lo es el decirle a un hijo/a al que se le quiere mucho “eres la niña de mis ojos”. El cariño recibido nos ayuda y nos prepara desde que nacemos para recibir y dar amor. Primero el bebe aprende a sonreír y a segur con la mirada o la voz a sus cuidadores, más cercanos. De ahí aprende que los demás responden de ciertas maneras a su comunicación, llanto, balbuceo, movimientos de inquietud, incomodidad y así logra transmitir que tiene hambre, que le molesta algo, o que tiene incomodidad por estar mojado/a o que se quiere dormir. Así cuando el/la bebé manifiesta algo y las/los cuidadores le responden, comienza a aprender que vivir, es estar en una relación con otros o consigo mismo.
      La aceptación que se recibe desde que nacemos no da la oportunidad de ir saliendo del capullo poco a poco y a pasos agigantados comenzamos el proceso de crecimiento e interacción. Mucho de los primeros años es aprendizaje, lograr el desarrollo de la musculatura y el balance del cuerpo, como lo es, sostener la cabeza, comenzar a moverse y poder sentarse. Por supuesto todo el desarrollo también es cognitivo e intelectual. Desde discriminar caras, sonidos o voces. Y sobre todo aprender las relaciones que existen entre sentir hambre, sueño o cansancio y poder manifestarlo para que nos pongan atención y nos ayuden a resolver. Ese camino de la salida del capullo como hacen las mariposas hasta el poder valernos por nosotros mismos, es la meta de todos los aprendizajes. El cariño recibido y la motivación para ir logrando cada etapa se ve enriquecida por la aceptación de las personas cercanas.
     Pareciera que el recibir amor incondicional, que no se media por ningún requisito para ser otorgado, es, lo que de inicio nos prepara para irnos reconociendo en lo que hacemos, en aquello que disfrutamos, y hasta en lo que nos cuesta trabajo o no logramos hacer con tanta facilidad al principio.
     Al principio hay lazos fuertes que nos unen con las personas más cercanas y con el tiempo, al crear otras relaciones con otras personas, vamos ampliando esa red de personas queridas, que muchas veces son los familiares o los amigo/as con los que compartimos, juegos y risas y muchos momentos, que se vuelven inolvidables por que el contacto con esas personas y su trato con nosotros, los hacen muy especiales.
     Si le preguntara a la persona que más te quiere o te ha querido ¿qué es lo que más aprecia de ti? ¿Qué diría? Y eso que te ve esa persona, puede ser algo de ti, que se da cuando estas en su presencia y que al decírtelo y en el trato con ella/él, vas aprendiendo a reconocerlo como parte una parte o característica de lo que te gusta hacer y  te vas haciendo a la idea o formando una visiòn de lo que tú eres y de la manera que te gusta ser. La riqueza de las relaciones, es que no son unidireccionales. Tanto las personas ven maneras de ser que les gustan de nosotros y las apoyan; así como nosotros influimos con nuestra presencia su vida. Si le preguntáramos a esa persona ¿Cómo ha sido para ella tenerla/lo de nieto/a o de sobrino/a o de hijo/a, ¿qué nos diría? Tal vez diría que le dabas alegría con tu buen humor; o diría que disfrutaba mucho tu gusto porque te enseñaba cosas o el jugar contigo.
     Las redes de relaciones que vamos formando a lo largo de la vida y con las cuales compartimos lo que somos y de las cuales aprendemos a ser, forman parte de nuestro territorio en el que están todas esas personas que nos dan amor, nos acompañan; algunas veces nos dicen en lo que nos equivocamos y nos enseñan aquellas partes de nosotros mismos que con los años podemos haber olvidado. Recientemente estuvimos reunidos los y las compañero/as de preparatoria y en la platica me narraron cosas que recordaban, de cómo era yo con ellos, que les ayudaba con la tarea, que les ayudaba a ordenar las libretas que traían todas revueltas y me dijeron que recordaban mi manera de ser y nos reímos muchos de las travesuras que hacíamos. Platicar con ellos me dejó la idea de que estaba viendo esos años como en un video del recuerdo, era un espacio en el tiempo en que muchas cosas se tenían que decidir y tener a esos amigos ayudò a tener seguridad para ser cada vez más independiente.
      Las personas cercanas o queridas nos dan un lugar cuando nos dicen “eres a niña de mis ojos”, señalando una parte muy preciada y fundamental del cuerpo y también nos enseñan, no solo lo que nosotros somos para ella/él, sino que además nos ayudan a reconocer el lugar que ella/os tienen en nuestro corazón y lo fundamental que es expandir ese amor a muchas otras personas y relaciones a través de la vida.




2 comentarios:

  1. Eres como la niña de mis ojos significa para mi eres importante eres especual estas palabras nos hacer sentir bien nos hacen sentirnos valorados,valoradas aceptados, aceptadas y esto no solo es importante para el desarrollo intelectual y cognitivo sino afectivo. Todos necesitamos de amor y aceptacion. Y esto solo es posible a la luz de la interaccion, de la relacion y de la convivencia amorosa Gracias Martita pir compartir.

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  2. Cuando tu papá o mamá o ambos en momentos intimos te manifiestan que eres su niña de tus ojos, desarrollan en cada uno de nosotros seguridad y sentido de amor y pertenencia a la tribu, estas expresiones dejan huella en todos,calan hondo...preparan y fortalen nuestro sí mismo para vivir con seguridad,valentía para afrontar y resolver problemas. Abrazote Martha.

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