LO
LLEVO EN EL CORAZÓN
Marta Campillo
Cuando enfrentamos una de las experiencias
más duras de la vida, como lo es la muerte de un ser querido, pareciera que estuviéramos
metidos en un laberinto de dolor, donde de inicio es estar como inmóvil,
congelado sin saber que pensar y luego únicamente poder vivir esa realidad como
viéndola de lejos. Pareciera que esta uno en un hoyo negro en donde está la ausencia,
en donde se ha perdido la relación y la conexión y la vida se desgarra.
Luchar o tratar de olvidar a la persona o
esperar a que el tiempo por sí solo pueda sanar el duelo, es imposible. Entre más
se trate de olvidar a la persona, más se acrecienta el dolor y la angustia de
la pérdida. El camino a seguir es otro.
En
esos días mi gran Maestro de Hipnosis Ericksoniana me comendó un ejercicio para
que lo hiciera; el cual consistía en escribir una carta donde primero, le
agradeciera a la persona ausente todo lo que me había dado; todo aquello que
recordaba que había aprendido, disfrutado o vivido con ella. En segundo lugar, tenía
que escribir todo lo que pudiera reclamarle o que me doliera que hizo o que dejó
de hacer antes de fallecer. En tercer lugar, tenía que pedirle ayuda, ayuda
para vivir sin ella, ayuda para seguir adelante y aprender a vivir sin ella.
En aquellos momentos tan aciagos, tan duros,
no me explicaba como al hacerlo y platicar con mi amiga-hermana, estaba restableciendo
la conexión con ella; estaba volviendo a tener la relación en mi vida, a través
de mi experiencia vivida en su compañía; desde todas aquellas pequeñas y grandes
cosas compartidas. Ahí, aprendì lo que ahora se, que cuando una p0ersona muere,
no muero la relación, que podemos aprender a llevarla en el corazón. ¿Cómo es
que podemos mantener con vida la relación con una persona ausente? Antes que nada,
hay, una batalla que librar, que tiene que ver con el no dejar que el dolor o
el enojo, nos roben la tranquilidad, de tal manera que no nos permita poder
recuperar el amor y los recuerdos de toda una vida de la relación.
Cuando podemos dejar fluir los recuerdos,
reírnos de las cosas chuscas que vivimos; disfrutar de las equivocaciones y
aprendizajes compartidos; recrear los espacios de creatividad y de compartir
ideas y coincidencias vitales.
Cuando uno mantiene relaciones muy cercanas,
de confianza y de intimidad; uno se comporta de cierta manera, piensa y comparte
ciertas ideas, tiene una visión de vida que se despliega en lo que se hace en
la otra persona y la relación se va enriqueciendo y uno aprende a ser, y a verse,
a través de los ojos de la otra persona. Así, cuando esa persona no está, es
cuando toda esa riqueza de lo que hemos aprendido a ser y que está en nuestra
experiencia vivida y lo que reconocemos de nosotros; es justo ese conocimiento
lo que nos sirve para mediar la ausencia y poder recrear como nos veía esa
persona y lo que sabía de cómo podríamos manejar las situaciones difíciles.
Podremos también, recordar las expectativas y esperanzas que habíamos demostrado
en el pasado y que la persona nos reconocía, y que ahora nos permitirán seguir adelante,
recordando como lo habíamos logrado.
Cuando una persona fallece deja una estela
de recuerdos y de relaciones que se hacen parte del recuerdo colectivo de su
vida. Muchas personas nos comparten cariñosamente, como si fuera un pedacito, lo
que su vida y compañía les dio y la importancia que tuvo para ellos. Cada una
de estos amigos, van agrandando la historia de los recuerdos, de lo que
nosotros no sabíamos de esa persona y al compartirlo con nosotros amplia el conocimiento
de esa persona y lo que a otros les toco disfrutar y compartir con ella/él
Aprender a llevar al ser amado en el corazón,
tiene que ver con recrear su recuerdo, tenerla/lo presente en nuestra vida, preguntarnos
que diría u opinaría de lo que estamos haciendo o creando ahora. También tiene
que ver con agradecer su presencia en nuestra vida y la calidad de su amor, con
el cual formó una relación que nos permitió aprender lo que somos capaces de
hacer; en a que nos enseñó a sobrevivir y utilizar conocimientos en las
situaciones difíciles. Aprendimos a reconocer nuestra voz y nuestras opiniones
y admiramos su determinación de trabajar por la justicia. Nos enseñó a
disfrutar de lo inesperado y que con su reacción liviana lo trágico se volvía
chusco e intrascendente.
Desde esta perspectiva la relación con la
persona ausente siempre estará viva y será parte integral de nuestra vida y conservará
la riqueza de la huella de la vida de esa persona en nuestro corazón.
Me conecte con mi mama que ya murio y con la relacion que ahora llevo con mi hermano, creo que no estaría tan feliz de vernos distanciados. Y no pude evitar llorar y decirle que me hace falta creo qu necesito hablar con ella y aclarar algunas cosas Reconozco que ne duele mucho estar distanciada con mi hermano. Mira todo lo que saco tu texto gracias Martita
ResponderEliminarGracias hermana me gusta mucho que lo vivas tan intensamente como yo lo escribì, esa es la intenciòn que las personas lo hagan suyo. Un abrazo cariñoso
ResponderEliminarAl leer, hice un recorrido por la infancia, recordando los momentos más cómodos y agradables que vive con las cuatros personas más significativas en mi vida y qua ahora han partido, mi abuela paterna, quien me guio con amor, quien me enseñó amar, perdonar y seguir mis sueños, a mi hermano mayor con quien jugaba y me defendía siempre, a mi hermana menor quien fue la consentida de todos, y a mi padre, sanando y reconciliandome por eventos incómodos y destinando las cosas bellas que viví a su lado.... Gracias maestra y amiga Marta Campillo... Un abrazo
ResponderEliminarLa vida nos ha dado muco en esa huella amorosa de nuestros seres queridos, que bueno que te hizo sentir su amor y que siemre estaràn contigo, un abrazo Marta
EliminarQuerida maestra Marta, hermosas palabras para describir la "VIVA RELACIÓN" después de la vida, rescatando todas aquellas historias entretejidas en la interacción con nuestros seres queridos. Y siguiendo la línea de los comentarios anteriores... a mí me hizo evocar la historias engarzadas con mi querido tío Lucas y mi abuelita Juanita, grandes enseñanzas de cada uno de ellos, especialmente en valores y espiritualidad, ambos elementos unidos para el servicio a los demás... Y cada vez que me veo en el interactuar no dejo de asombrarme cómo es que los veo vivos en mis actos...aunque como decía mi querida abuelita.. "serás muy "cóloga" pero te falta así para que me llegues"... y eso lo decía cuando yo no podía expresar más amor del que ella esperaba que hiciera, por esas luchas entre el razonamiento y el corazón..... ¡¡¡Cuánta sabiduría de mi abuela basada en su FE, en su AMOR A DIOS!!! y pues en este aprendizaje de vida estoyyyyyy aprendiendo el proceso del DARSE A LOS DEMÁS...
ResponderEliminarGracias por estas palabras que me hicieron recordar y saborear aquellos aprendizajes, le mando un gran abrazo.
AMARLI
Muchas gracias Martha Alicia: justo esa es la intenciòn hacernos mantener vivo el amor creado en esa relaciòn y asì llevar siemre a la persona en el corazòn
EliminarBonita reflexión maestra, los llevamos en el corazón y algunas veces quizás inadvertidamente actuamos y pensamos como ellos nos enseñaron, porque en su momento nos dieron parte de su corazón, su tiempo, sus cuidados, sus preocupaciones, su amor, en suma su propia vida. ¡Gracias maestra por hacérnoslos recordar!
ResponderEliminarMuy buen articulo! Marta definitivamente en todo lo que escribes das elementos muy buenos para vivir mejor. Gracias
ResponderEliminarMuchìsmas gracias Jeannette mi intenciòn es que la epistemologìa de la Terapia Narrativa que es pensar interactiva y relacionalmente se traduzca a la manera de enfocar la vida Un abrazo Marta
EliminarMe encantó tu artículo del duelo
ResponderEliminarSoy Anabella
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarHola... Recuerdo cuando me enseñó ese ejercicio de su maestro, cursaba séptimo cuatrimestre de la licenciatura y hacia las prácticas clínicas en el hospital. Muy valiosos los aprendizajes.... Saludos. Estela 🐈
ResponderEliminarCuánta razón Martita, esta manera de vivir la ausencia de mi hermano, de mi tía que fue como otra madre y de mi amiga Gla, guardando y recordando amrosamente su presencia en mi vida me ha permitido ser feliz más allå de dolor por su partida. He descubierto que no tengo que dejarles partir porque son parte de mi, y lo que viví Con ellos me alimenta y puedo agradecer a la vida el que hayan estado en mi camino y seguir amandolos y sintendolos cerca.
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