LA AMISTAD: EL NICHO DE LA RECIPROCIDAD
Marta Campillo
Marta Campillo
Las interacciones con las otras personas nos muestran lo que somos, o no dan una señal de cómo nos reciben y el efecto que lo que hacemos tiene sobre ellos, así nos abren la posibilidad de ver y de sentir como estamos y decidir si eso es lo que queremos hacer y si de esa manera queremos ser.
Hay relaciones de muchos tipos, unas
más formales, otras más superficiales, otras de convivencia laboral. Algunas
son de un cariño incondicional, aprecio que ha crecido sin necesariamente proponérselo,
con las cuales tenemos muchas coincidencias que hacen que la relación sea
fácil; que transita por espacios de comprensión como puede ser con los seres más
cercanos. Hay algunas muy especiales, en las que no tenemos que cuidar lo que
decimos ni como somos, porque nos permiten al ser como queremos ser y en las que
damos lo mejor de nosotros a esa persona que le llamamos nuestro amigo o amiga.
Las relaciones se sostienen y se mantienen porque tenemos interés en todo lo
que damos, la manera en que nos hace sentir, la manera en que nos muestra las
posibilidades de dar y recibir, y por aquellas razones de experiencias compartidas
en ciertos momentos de la vida, ya sea de alegría o de tristeza.
Algunas personas las conocemos en difíciles
momentos de la vida y con ellas o ellos se crea una relación muy especial, tan
única pues esa circunstancia nos ofrece la posibilidad de ayudar a resolver o
de que nos ayuden a salir o a enfrentar algo complicado emocionalmente. De esos
momentos se crea la gratitud de haber recibido tanto apoyo incondicional y de
haber compartido momentos como la muerte de una amiga o amigo.
Existen también los amigos de toda la
vida, con los que a lo largo de los años hemos compartido muchas cosas, con los
que somos sin tapujos ni prejuicios y con los que hemos tenido la oportunidad
de disfrutar el compartir, el reír, el llorar o estar tristes y en ese nicho
poder estar para que, al emerger restablecidos, y para que podamos seguir siendo
la mejor versión de lo que somos.
Algunas veces la amistad comienza de
manera fortuita, al poder compartir una actividad profesional y ese convivir se
va expandiendo a otras áreas de la vida. Hay un colega-amigo con el que
comparto una bella amistad que me dijo el otro día: “La amistad crea salud y bienestar emocional y la paz emocional,
fortalece el alma y la salud física”. Preciosas palabras que reflejan la
manera en la cual lo que somos, en la bondad, en el entendimiento, en el apoyo y
en el compartir en muchos momentos tristes o de alegría, nos crea una sensación
interior de sentirnos en unicidad con el mundo y los demás, de estar tranquilos
y disfrutar de lo que somos y vivimos, así, es muy importante el cuidado de las
personas a las que llamamos amigos o amigas.
Y cuando haya momentos de malos entendidos, de
levantarse con el pie izquierdo y estar presionado o estresado por circunstancias
de la vida, en los que sin la intención atropellemos a alguna amiga o amigo,
también existe la posibilidad de explicar, de comunicarnos, de abrir el corazón
para pedir disculpas, para dejarle saber lo que nos estaba pasando. Alguna vez
recuerdo, que otra persona contó cosas falsas que supuestamente yo decía de una
gran amiga, y ella me lo contó, nos sentamos a platicar, a ver que sería lo que
estábamos haciendo que promovía que quisieran interferir en nuestra relación.
Hablarlo y analizar y reafirmó el gran compromiso que nos teníamos e hizo que
la relación se profundizara y nos comprometimos a no dejar que otras cosas interfirieran
con la amistad. Muchas veces hay que solucionar los conflictos para abrir el
corazón y no dejar fuera a las personas que queremos y nos quieren,
Hay que aprender a ser amigo, pues esa relación
es libre, se escoge por que uno decide sí dedicarle tiempo y esfuerzo, pero también
fluye libremente, es incondicional y no necesita de preámbulos y muchas
explicaciones. Disfrutar de ser y tener amigas y amigos, es un privilegio de la
vida, es un regalo a nuestra lealtad, reciprocidad, a que podemos compartir y apoyar
y a que podemos estar para disfrutar de la compañía y la de los tiempos de
felicidad.
Mtra. Martha, gracias mil por compartir este lindo texto pero sobre todo gracias mil por compartir su amistad, un fuerte abrazo
ResponderEliminarMaestra, amiga, siempre es un privilegio leer tus artículos, el compartir alegrías, aprender de la escuela de la vida y de las muchas experiencias... Estar muy cerca de ti, ya que la distancia no es obstáculo para el amor que ha nacido entre nosotros... Gracias por estar día a día, gracias por que cada mañana encuentro un saludos amable e interés de mi bienestar ... Eres un Angel a mi vida... Eres la amiga, la hermana que todo ser humano desea para si... Gracias por ser mi guía, gracias por ser mi amiga! 💝 💝 🌹 🌹
ResponderEliminarExcelente y profundo artículo
ResponderEliminarHermosa reflexión sobre la amistad Martita. Muchas gracias por darme el regalo de tú amistad. Te quiero mucho!
ResponderEliminarFatima
Que hermoso Martita , me encanta tan claro y tan cierto en el sentir y actuar Gracias por expresar tan sencillamente una relación de afecto
ResponderEliminarUn gran abrazo
Me gusta esta parte donde dice que la amistad nace en situaciones fortuitas, pues creo que, aunque parezca paradójico, no es tan fortuito... gracias Martita y un abrazo
ResponderEliminarToda persona se relaciona con la sociedad, en la que encuentras muchas personas, pero entre ellos hay personas que comprende y entienden y están con Tigo en cada momento de la vida, ya sea bueno o malo, y realmente es ahi donde uno se da cuenta de las personas que deben estar contigo, ya que no a todas las personas se le dicen amigos, un verdadero amigo es aquel que está contigo en cada momento, es quien te ayuda a sobresalir a crecer, ya que también hay personas que sólo fingen un papel que no es y muchos lo hacen para que no crezcas como persona, pero es ahí donde tu puedes darte cuenta quienes están a tu alrededor, ya que en todo tiempo ama al amigo que es un hermano en tiempo de angustia, has florecer lo que tu quieres ver en la otra persona, ama para que seas amado.
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